Diari Més
Rubén Marín Gila

De Santa Bàrbara a Panamá

«La policía me paró por una infracción y lo solucionamos con una 'coima'»

Rubén Marín lleva trabajando fuera de casa desde el 2015 y ha visitado países como los Emiratos Árabes, Perú o Panamá, donde actualmente reside

Rubén Marín es project manager de JG Ingenieros SA.

«La policía me paró por una infracción y lo solucionamos con una 'coima'»Diari Més

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—¿Cómo ha sido su trayectoria profesional hasta ahora?

—Tengo que decir que mis inicios en el mundo laboral fueron con el sector de la Hosteleria, mientras lo compaginaba con los estudios y creo que me ayudó con las habilidades de comunicación, trato con el cliente, entre otros. Una vez acabé la carrera en la Escuela Politécnica de Edificación de Barcelona (EPSEB, UPC) al 2013, en plena recesión económica, tuve que buscar la forma de que las empresas se interesaran por un perfil joven y estos fueron mis inicios en el mundo del Building Information Modeling (BIM) donde amplié mis conocimientos con un máster en Madrid. Una vez lo acabé, rápidamente hemos contactaron de varias empresas donde la decisión final fue|estuvo formar parte de la empresa JG Ingenieros SA con la que trabajo desde el 2014.

—¿Qué motivos le llevaron a marcharse de casa para ir a vivir al extranjero?

—Tal y como se ve con la pregunta anterior, me tuve que marchar de casa muy pronto. Lo hice para realizar los estudios universitarios en Barcelona como posteriormente con el máster en Madrid sin embargo, lo que me hizo realmente marcharse fueron las condiciones laborales que teníamos los recientemente titulados, junto con las ganas de viajar y conocer mundo. Tengo que decir que al cabo de pocos meses de empezar con JG Ingenieros SA me propusieron el hecho de irme al extranjero y no me lo pensé dos veces.

—¿Cuál fue su primera impresión del país al llegar?

—El primer país donde estuve fueron los Emiratos Árabes (2015-2017), donde el choque cultural inicial fue muy grande, tanto por el idioma como por el clima y la religión pero, después de más de dos años habiendo vivido allí, me quedo con el altísimo nivel de seguridad, que es la envidia de muchos países occidentales. Posteriormente, me destinaron a Perú (2017-2018) donde este contraste inicial no fue tanto brusco pero allí me di cuenta de que era un absoluto ignorante de la espectacular gastronomía que tiene este país. Además, nos une una gran historia cultural y folclórica. Actualmente, me encuentro destinado a Panamá (2018-2019) donde la biodiversidad de animales y plantas y el clima tropical hacen su diferencia. Este país té mucho más para visitar que el típico Canal de Panamá como son las islas de San Blas en la costa atlántica (nada que envidiar en otras islas del Caribe), Boquete en la provincia de Chiriquí con una gran variedad de mariposas y orquídeas y los carnavales de Las Tablas que duran cinco días y todo el país ahorra para poder celebrarlo.

—¿Fue muy sorprendente el cambio o fue, más o menos, tal y como se lo había imaginado?

—El cambio más sorprendente fue cuando estuve destinado a los Emiratos Árabes por el cambio cultural y donde me sorprendió la capacidad de adaptación del ser humano a ciertos climas muy adversos.

—¿Cuáles son las principales diferencias entre estos países y su casa?

—Con los Emiratos Árabes diría el hecho de que sea fiesta el viernes, en lugar del domingo, junto con las prohibiciones que se acentúan durante el Ramadán, los edificios emblemáticos y las altas temperaturas durante los meses de verano (aproximadamente 50ºC). Seguidamente, del Perú destacaría la tranquilidad con la cual se toman las cosas, el caos que hay en la capital (Lima) con el tráfico, el hecho de que haya muchos niños y niñas pequeños que practican la indigencia. En lo que respecta con Panamá, las principales diferencias serían una elevada corrupción entre los agentes del tráfico a causa del bajo salario que tienen, el clima tropical que hace que llueva todos los días durante el periodo de lluvias y la gran biodiversidad que existe en un país tan pequeño.

—¿Qué destacaría de la manera de trabajar del país?

—Que la jornada laboral puede ser hasta 45 horas a la semana, el rendimiento de los trabajadores se inferior, en términos generales, y que existe un sindicato (SUNTRACS) con mucho poder para defender a los trabajadores y mejorar sus condiciones de trabajo.

—Desde que llegó, ¿ha vivido o le ha pasado algo curioso de que no se hubiera imaginado nunca?

—Cuando por primera vez me paró a la policía por una infracción de tráfico y, en lugar de tramitar la respectiva sanción, mostró mucho interés en solucionar este problema con una pequeña retribución económica (aquí conocida como coima).

—¿Qué costumbre del país actual se llevaría hacia Cataluña?

—El hecho de estar cerca de la familia y los amigos, sobre todo durante las celebraciones, la comida de mi madre y el frío durante el invierno.

—¿Tiene intención de volver pronto o de momento no?

—De momento no, al menos a corto plazo, pero sí que me he planteado volver a casa a medio plazo o cuando tenga hijos. Todo dependerá de las mejoras que se vayan produciendo, sobre todo con respecto a oportunidades laborales y de conciliación con la familia.

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