«A los suizos, se les convoca a menudo a las urnas para opinar sobre varios temas»

Júlia Ferré Aguiló es una tarraconense de 22 años que, habiendo acabado los estudios de Educación infantil y Primaria, decidió buscar trabajo en el extranjero para conocer mundo y encontró la oportunidad de viajar a Suiza, donde vive desde hace dos meses y trabaja como Au-pair, concretamente, en la ciudad de Wollerau.

— ¿Cuáles son los motivos principales que la llevaron a marcharse a trabajar a Suiza?

— Siempre me ha gustado mucho viajar, y pienso que la mejor manera de conocer un sitio es pasando una temporada larga. Ya tenía pensado buscar trabajo en el extranjero al acabar la carrera, y me surgió la oportunidad de venir a Suiza a hacer deAu-pair .

— ¿Cuál fue la primera impresión que tuvo del país al llegar?

— Cuando llegaba, desde el avión ya me fijé en los paisajes. En Suiza, es todo completamente verde y lleno de lagos. Una vez instalada aquí me sigue fascinando la naturaleza, ya que vayas donde vayas, por mucho que estés en una gran ciudad, puedes encontrar un bosque y un lago en menos de media hora. Además, todo está muy cuidado, no hay ni un solo papel en el suelo, los caminos están siempre bien indicados, etc.

— ¿Cuáles son las principales diferencias que ha notado entre Suiza y su casa?

— ¡La verdad es que hay muchas! Los horarios, la comida, los precios, el tono de voz... Pero lo que destacaría más, es el sistema de votaciones; cada persona puede votar por su municipio, por su lado y por todo el país. A menudo se les convoca a las urnas para opinar sobre algunos temas y tomar las decisiones de manera más participativa. Además, estos referéndums también pueden ser pedidos por iniciativa popular si un grupo numeroso de personas quiere hacer una propuesta de cambio para el municipio, o para toda Suiza.

— ¿Qué destacaría de la manera de trabajar que tienen en este país?

— Muchas de las empresas que hay en Suiza son internacionales, hecho que hace que haya gente de todo el mundo trabajando en las grandes ciudades. En general utilizan el inglés, como idioma de recurso, ya que eso facilita la comunicación internacional y también entre las diferentes partes de Suiza, que tiene cuatro idiomas oficiales. Lo más diferente de todo son, sin embargo, los sueldos; ya que en Suiza no tienen un salario mínimo establecido, pero en general un contrato de los más básicos ronda los 3.000 euros al mes. Eso sí, el coste de la vida también es mucho más elevado que en Cataluña.

— ¿Qué costumbre de las que se ha encontrado en Suiza se llevaría a Cataluña?

— Me llevaría su sistema para evitar tirar alimentos; los supermercados reducen los precios de los productos que caducan al cabo de poco tiempo, para agilizar la venta. Todo el mundo sabe que a última hora de la tarde hay productos más baratos, así que los compran para consumir el mismo día o al día siguiente y de esta manera las familias ahorran dinero y así, los comercios no tienen que tirar casi nada. También me llevaría su honestidad, casi no hay robos e, incluso, en algunas carreteras hay chiringuitos de comida o flores donde nadie te atiende, si quieres llevarte alguno, miras qué precio tiene y pones el dinero en una caja que han dejado allí, y casi nadie se lleva los productos sin pagar.