La escena se repitió a las 11 horas, al mediodía y a las 13 h., pero también a lo largo de la tarde
Numerosas personas aprovecharon que ayer era día festivo para visitar algunos de los lugares más emblemáticos de la ciudad, sitios mágicos que acostumbran a ser pasados por alto a consecuencia del trasiego de la rutina diaria y que, por lo tanto, acaban siendo unos vecinos desconocidos. Uno de los espacios que más interés suscitó fue la céntrica Casa Navàs. Unas interminables colas perfilaban el perenne paisaje de los porches de la plaza del Mercadal durante el día de ayer.
La escena se repitió a las 11 horas, al mediodía y a las 13 h., pero también a lo largo de la tarde. Tal era el afán por descubrir las interioridades del recinto modernista que a las 12.30 h. ya se habían agotado casi todas las entradas para lo que quedaba del miércoles. Sólo quedaban unos pocos tickets para la sesión guiada de las 18 h., que iban filtrando poco a poco como los granos de un reloj de arena.
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