Diari Més

Restauración

Los restaurantes de Reus denuncian que tienen un grave problema con las palomas

Establecimientos del centro aseguran que los animales se abalanzan contra las mesas para robar comida aunque haya clientes

Els coloms s'acosten a les taules de la terrassa per acabar-se el menjar que han deixat els clients.

Los restaurantes de Reus denuncian que tienen un grave problema con las palomasDiari Més

Publicado por

Creado:

Actualizado:

Los restauradores del centro de Reus ya hace años que conviven de mala gana con las palomas. Dejar la mesa de una terraza desatendida durante unos segundos con restos de comer supone la invasión por parte de las aves. «Mucha gente deja un momento la bandeja fuera para ir al lavabo. Al volver, una paloma ya ha picoteado la comida», explica el responsable del establecimiento Viena en la plaza Prim, Dani. Eso supone un doble perjuicio: a los clientes les repugna seguir comiendo allí y, si decidieran quedarse en el mismo local, la empresa tiene que volver a prepararles el plato. El Ayuntamiento hace más de una década que combate la superpoblación de estos animales, con medidas que van desde la captura de ejemplares hasta el control con dispensadores de pienso anticonceptivo. Los restauradores del centro histórico coinciden en decir que se habían visto mejoras con las actuaciones, pero Dani matiza que la progresión se detuvo hace cerca de un año, cuando se empezó a vivir un repunte de palomas y la acentuación de la problemática.

«Eso está fatal, es un desastre. Sigue habiendo un problema grave», asegura Ana Rodríguez, jefa del restaurante-cervecería La Presó, delante del centro comercial El Pallol. En esta zona, se suma la peste que emiten los contenedores soterrados y la acumulación de basura a su alrededor. Esta situación ha desembocado en la proliferación no sólo de aves, sino también de ratas y cucarachas. «El verano ha sido horrible. Entre los escarabajos y las palomas...», concluye Rodríguez.

En la plaza del Mercat, la situación no es diferente. Las palomas se pasean entre las mesas de las terrazas como si fueran un comensal más, con la diferencia que no tienen la intención de pagar la cuenta. Sònia, trabajadora de Cal Gallisà, explica que hay gente que ha decidido no quedarse en el restaurante porque no podía soportar estar comiendo rodeada de aves. Incluso, comenta que se ha encontrado con personas que le han pedido cambiar de mesa y sentarse en el interior del local.

En su caso, sin embargo, asegura que no le molesta la presencia de los pájaros. «¿Se cagan en las mesas?Yo lo limpio cada mañana y me es igual. Si se tiene que limpiar, se limpia», afirma. Unos metros más allá se encuentra L'Antídot. Su jefe, Jordi Hurtado, señala que ha visto un cambio de comportamiento de lo que define como «ratas con alas».

«Antes no se acercaban, pero ahora les es igual si hay gente o no. Vienen y, si estás comiendo, también comen de tu plato», asegura. Hurtado cree que será complicado resolver esta cuestión porque las palomas ya saben que en la plaza del Mercat encontrarán comida, motivo por el cual seguirán frecuentándola.

Soluciones caseras

Dani señala que, en Viena, colocaron unos carros en el exterior para que clientes y trabajadores puedan dejar las bandejas cuando se haya acabado la comida y, de esta manera, recoger los desperdicios. A pesar de todo, critica el «pasotismo» del Ayuntamiento, que considera que podría esforzarse mucho más para resolver el problema.

Rodríguez propone una solución más drástica: «Matar a las palomas, nada más» asegura. En La Presó, ubicaron un espantapájaros en forma de búho en la puerta para asustarles, hasta que las aves se acostumbraron a su presencia. Por su parte, Sònia piensa que no hace falta llegar a este extremo, pero propone colocar dispensadores de alimentos en otros puntos de la ciudad.

tracking