Diari Més

Gastronomía

El dulce retorno a la normalidad

La comunidad de Germanes clarisses de Reus vuelve a hacer galletas después de una pausa por la covid-19

Las hermanas clarisas Núria, Mercè y Teresa, en el obrador de galletas, este lunes.

El dulce retorno a la normalidadOlívia Molet

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El pasado 9 de marzo las Germanes clarisses de Reus anunciaban, a través de su cuenta de Facebook (Dolços Clarisses Reus), que volvían a poner en marcha el obrador de dulces una vez la comunidad, formada por nueve hermanas, se había recuperado de la covid-19. Han sido casi dos meses en que las hermanas Teresa, Núria y Mercè han estado alejadas del obrador. Pero desde la semana pasada ya han estado trabajando con toda normalidad para elaborar las especialidades que tanta fama les están dando desde que empezaron a comercializar galletas. «La verdad es que echábamos de menos volver a estar las tres juntas, trabajando, charlando, haciendo este trabajo que es tan bonito», admiteMercè.

Esta semana han empezado con las galletas de naranja, que eran las que ya no tenían en stock. Cada día hacen cerca de medio millar de dulces, que distribuyen en comercios de Reus y Tarragona. «De las cinco especialidades, Avellana, Anís, Chocolate, Naranja e Integrales con pasas, las galletas de avellana son sin duda el producto estrella», explica Núria. «Seguramente porque son muy buenas, pero también porque utilizamos avellana local», dice. Recientemente, los dulces de las Germanes clarisses de Reus se han unido al grupo de los establecimientos con el distintivo Amics de l'Avellana , una iniciativa del Gremi de Forners del Baix Camp y la Cambra de Comerç de Reus para identificar aquellos establecimientos que elaboran producto propio con avellana o bien, directamente, despachan avellanas entre su clientela. «Que nos tuvieran en cuenta para unirnos a este grupo fue una gran satisfacción, porque nosotros hacemos una producción pequeña y con un producto sencillo», señala Teresa.

La receta de esta galleta, detalla, es original de su obrador, y surgió después de muchos meses de aprendizaje y práctica: «Hice un curso de repostería por Internet e iba haciendo prácticas y pruebas. Con los elementos y los ingredientes que tenía, hice esta receta de galleta de avellana, que no está sacada de ningún sitio». Unas prácticas, explican a sus compañeras de comunidad, que les dejaron muy buen recuerdo: «Los seis meses que estuvo haciendo el curso iba haciendo pruebas y la comunidad las íbamos probando, cada semana pasteles y galletas, yo creo que incluso nos engordamos», explica divertidaMercè. Ella misma, que es nacida en Ecuador, asegura que la galleta de avellana es la estrella cuando viaja a ver a su familia. «Y, aunque he intentado hacerla allí, no sale exactamente igual», asegura.

El impulso definitivo, explican las monjas, les llegó a través de Internet. «Un conocido nos animó a abrir una página de Facebook y hemos ido publicando las novedades y también hemos ido anunciando el cierre y la reapertura. Además de decirnos cómo les gustan las galletas, hemos recibido muchos mensajes de ánimos y solidaridad cuando anunciamos que cerrábamos temporalmente y eso ha sido muy bonito», concluyeTeresa.

La hermana Teresa sacando galletas del horno.

El dulce retorno a la normalidadOlívia Molet

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