Diari Més
Raúl Meléndez

Concejal no adscrito del Ayuntamiento de Reus

Política

«El grupo municipal de Cs no sigue los valores de los que lo votaron»

Meléndez lamenta que «la forma de funcionamiento interno no era democrática» y quiere «trabajar para Reus a partir del sentido común»

Raúl Meléndez mantiene el acta y completará el mandato.

«El grupo municipal de Cs no sigue los valores de los que lo votaron»Olívia Molet

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El concejal Raúl Meléndez (Castellón, 1973) avanza en una nueva etapa como no adscrito después de dejar el grupo de Cs. A punto de hacerse tres meses desde que dio el paso, explica las razones y también los objetivos que se fija hasta el 2023.

—¿Por qué se marchó de Cs?

—Las formas de funcionamiento interno del grupo no eran nada democráticas: mandan la número 1 y la asesora, que son hermanas. Por encima está el secretario Territorial de Organización, que era la pareja de una de ellas. Había unos 10-15 militantes, cifra complicada de alcanzar a nivel constitucionalista y, pasadas las elecciones, algunos querían seguir trabajando para la ciudad. Yo los escuchaba, pero la otra parte del grupo municipal no y les penalizaba. Los militantes, la Junta, me propusieron ser el enlace municipal. El partido, el Provincial de Organización, paralizó la asamblea. Me dijo que no era de su confianza. Si hay una reunión que no controlan lo paran.

—¿Qué pasó a partir de entonces?

—Hubo una separación entre la gran mayoría de afiliados y la cúpula. La Junta se enfrentó con el grupo municipal.

—¿Cuántos afiliados tiene Cs?

—No controlo los números porque se llevan en secreto, pero el 75% de los que había hace dos años ya no están. Se han marchado porque no se les ha reconocido, han sido maltratados, entre comillas, a nivel ético e incluso personal. No se les ha hecho caso. Cuando, en el chat oficial del partido, preguntaban alguna cuestión... Nada. En el momento que la gente se enfadaba porque estaba movilizada y no recibía respuesta, el secretario de Organización Provincial los expulsaba y decía que eran irrespetuosos. Para echar a un miembro del chat, le tienes que abrir expediente. Yo eso lo llevé a la Comisión de Garantías de Cs en Madrid.

—¿Cuál fue la respuesta de la Comisión de Garantías?

—Contestaron por teléfono, no quisieron por escrito. Me dijeron que llamarían a Barcelona para que percibieran al secretario. Eso fue un viernes y el martes siguiente recibimos la ratificación del secretario a su cargo, a pesar de tener un expediente.

—¿Cómo comunicó a Cs que dejaba el grupo municipal?

—Al partido no le dije nada. Pedí dos reuniones y me dieron largas. Después, el grupo me bloqueó. Y, como no tenía comunicación con el partido, fui al alcalde y le expliqué mi intención. El mayor problema de Cs es que no respeta que haya diferentes corrientes, y las corrientes son necesarias. En Cs, si no eres de la corriente que manda, puedes terminar.

—La decisión la anunció, en el pleno, el alcalde Carles Pellicer. ¿Por qué no lo hizo Usted?

—El alcalde me preguntó si quería que lo hiciera él como información de alcaldía o si lo quería decir yo. Si lo dice el alcalde no hay interpelación de los grupos municipales, pero si lo digo yo sí que la hay. Yo no quería interpelación, no quería desgastar lo que representa o representaba Cs, que era el constitucionalismo. Antes del pleno, él tenía obligación de comunicarlo al grupo porque me tenían que buscar sustituto a las comisiones, y lo hizo.

—Después, el partido le pidió el acta.

—No, no me han pedido el acta. Mienten. En ningún momento me ha llamado nadie del partido, sólo compañeros, pero nadie orgánicamente. No he recibido ningún burofax ni ningún correo electrónico.

—¿Y Usted, se ha planteado devolverla?

—Me lo pensé. Mucha gente que he conocido en el partido en Reus me llamó y me dijo que ni se me ocurriera. Es un grupo pequeño, pero es la mayoría de los que hay ahora en Cs. Elsorpasso grande fue cuando se marchó Juan Carlos Sánchez, que terminaron 30 o 50. No dejo el acta porque creo que hay mucha gente en la ciudadanía y votantes de Cs que no están representados en el Ayuntamiento porque el grupo de Cs no sigue los valores por los cuales lo votaron.

—¿Quien saca beneficio de eso?

—Nadie, y no lo ven. Se piensan que vendrá otra gente. Yo quería velar por Reus, no hacer política internacional, nacional o autonómica. Si hubiera callado, seguiría de 3. Pero no aguantaba el despotismo. Vengo de un cuerpo jerarquizado como es la Policía Nacional y sabía qué era un comisario, pero aquello era mucho más democrático que Cs. Cuando una cosa se jerarquiza, tiene que seguir la ley interna.

—¿Por qué entró en las listas?

—Me dijeron que les hacía falta un perfil como el mío. Yo no estaba en el partido, colaboraba en asesoramiento de seguridad. Les dije, «pero si habéis barrido con todo el mundo». Me dijeron «sí, por eso», sin explicarse demasiadomás. Yo no me había planteado entrar en política y lo vi una experiencia.

—Así, ya conocía el precedente del grupo de Sánchez.

—Por prensa, no en profundidad. Yo soy mediador y, como yo lo veo, si se extirpa totalmente algo que lleva 4 años en un ayuntamiento, se pierde un valor bestial. Mejor negociar, quedarse recursos. Pero quieren gente servil. A mí, la propuesta me la hicieron una semana antes de presentar las listas.

—¿Sigue coincidiendo con los ideales de Cs?

—El problema es que Cs no tiene claros sus ideales. Yo soy una persona de centro y demócrata. Y pienso: ¿en dos años ha pasado tanto? Sí, en dos años el partido ha pasado de la parte socialdemócrata casi a la extrema derecha. Los sectores que se han quedado, porque la estructura está muy deteriorada, son los más radicales y que no han saltado a Vox. Un Carrizosa y algunos más tienen perfil perfecto para Vox, no entrarían en socialdemocracia.

—¿Por qué no ha hablado sobre su salida en este tiempo?

—Porque el tema del constitucionalismo aquí cuesta mucho. Creo que Cataluña, o la Constitución, puede necesitar cambios, pero se tienen que hacer poco a poco, sin romper. Cs todavía representa el constitucionalismo, pero lo hace de manera alborotada. Ahora, quien lo representa con más fuerza es el PSC: ha cogido la bandera de un constitucionalismo moderado, comprensivo e inteligente.

—Ahora, habrá recibido ofertas de otros colores.

—Algunos partidos se han puesto en contacto conmigo pero, ahora, no me planteo nada. No sé si seguiré en la política a partir de 2023. He visto los partidos por dentro, y ahora no. El objetivo en los próximos dos años es ser el más independiente posible para no tomar decisiones partidistas sino de sentido común. Quiero trabajar para la ciudad, a nivel municipal, acercar a las personas de Reus a la institución y la institución a las personas.

—En las autonómicas, en Reus, Cs ha caído del 32,4% (18.377 votos) que alcanzó en 2017 a un 5,79% (1.906) este 14-F.

—Los resultados eran esperados. Cs no hace más que echar gente, o bien presionar para que se marchen, y no les tiembla el pulso. Es la única línea del partido. Rivera se marchó, Arrimadas está. El otro día, oí decir que, ahora, al Comité Federal, los más críticos podrían hacerse escuchar, y reí. Cs es el único partido que no quiere tener gente que piense diferente a su lado, a la ejecutiva.

—¿Qué cree que puede pasar en las municipales?

—Aquí, Cs está haciendo una política de franquicia. Hace que le dice Barcelona. No sale a la calle para ver los problemas reales. Si ha pasado de 18.000 a 1.800 en las autonómicas, que son la crème de la crème ¿para Cs, pasará de 4.800 a 480 en las municipales? Con los números que tiene ahora, desaparecería seguro. Si está separado de los militantes, ¿como no estarlo de la ciudadanía?

—¿Qué balance hace de este inicio como no adscrito y qué se tiene que esperar ahora de Usted?

—El Ayuntamiento es como una gran máquina que trabaja para protegerse y para autoabastecerse y tendría que ser la representación de toda la ciudadanía y trabajar para ella. Tengo la dirección rmelendez@reus.cat y, poco a poco, la gente se va poniendo en contacto conmigo. Mi trabajo es fiscalizar el equipo de gobierno, pero también detectar deficiencias y anomalías.

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