El dispensario del barrio Gaudí de Reus no abrirá mientras se alargue la pandemia

El dispensario del barrio Gaudí, que a mediados de marzo y coincidiendo con el estado de alarma cerró «hasta nueva orden», no reabrirá mientras se mantenga activa la pandemia de la covid-19, tal como concretan fuentes de Salut consultadas. La situación preocupa y mucho a los usuarios, que consideran que este es «un servicio del todo necesario» en la zona, «sobre todo para las personas mayores», y «más todavía en la situación en qué nos encontramos ahora, donde precisamente por la covid lo que se pide es reducir al máximo la movilidad», tal como detalla la presidenta de la Asociación de Vecinos del barrio Gaudí, Maria del Mar Escoda.

Desde marzo, la población del barrio –unas 3.000 personas utilizaban el dispensario– se atiende en el CAP Llibertat. Que el dispensario haya parado el servicio y que no lo haya recuperado todavía ha generado entre los vecinos la sospecha que «la intención pueda ser cerrarlo definitivamente», un paso en el cual se oponen frontalmente y que Salut apunta, a estas alturas, que no tiene previsto llevar a cabo. El local del dispensario, inicialmente adquirido por el CMQ, se incorporó el año pasado al perímetro del Hospital Sant Joan de Reus y formó parte de su reciente traspaso en el CatSalut. La Asociación de Vecinos sostiene que «eso, ahora, ha pasado a ser tierra de nadie y, desde el mismo Ayuntamiento, no están apostando ni haciendo ninguna fuerza por agilizar la reapertura». «No hemos visto que el concejal de Salut, Òscar Subirats, esté trabajando en estos momentos para asegurar que el dispensario tenga una continuidad», explica Escoda, que lamenta que «desde el CatSalut, nosotros tampoco tenemos ninguna respuesta». «Nos dicen que el espacio es pequeño y no reúne las condiciones, pero no pensamos lo mismo porque se pueden aplicar medidas como otros sitios, como la cita previa, y esperar en la calle» y «creemos que se deja desatendida una población, justamente la más envejecida, que no tendría que tener movilidad, que tiene un dispensario debajo de casa y que se está viendo obligada a desplazarse, añade. En el dispensario trabajaba hasta marzo un equipo formado por médico de cabecera, enfermera y personal administrativo, «como CAPen miniatura».

Desplazamiento alCAP Llibertat

En el CAP Llibertat «no estamos teniendo problemas pero la gente se tiene que mover». Desde el verano, la línea 10 de Reus Transport conecta el barrio Gaudí con este centro de atención primaria pero «la gente nos pregunta continuamente cuándo reabrirá el dispensario», explica Escoda. «en la asociación somos conscientes de que ahora las atenciones han querido centralizarse pero tenemos que mirar también que, si se pide reducir la movilidad, es un desastre que las personas mayores tengan que ir a unCAP más grande a buscar unos riesgos que en el dispensario no tendrían». «El médico de barrio es más que un médico y no nos podemos permitir estar sin el dispensario».