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Judicial

Se enfrenta a 11 años de prisión por agredir sexualmente a una mujer en una sala de baile de Reus

El procesado, profesor de salsa, encerró a la víctima dentro de un lavabo del local

Fachada del Palacio de Justicia de Tarragona.

Palacio de Justicia de TarragonaGerard Martí

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Un hombre acusado de agredir sexualmente a una mujer en una sala de baile de Reus afronta 11 años de prisión. Los hechos pasaron el 9 de diciembre de 2016 en un local donde el procesado había trabajado de manera eventual como profesor de salsa. La víctima y el presunto agresor mantenían una relación de «cierta confianza», apunta la fiscalía, porque la víctima era íntima amiga de la pareja sentimental de él. La noche de los hechos, el hombre dio un beso en la boca de la mujer y lo intentó sin éxito varias veces más. Más tarde, la cerró dentro de un lavabo y la agredió. El ministerio público pide que no se pueda acercar a menos de 500 metros de la víctima ni comunicarse con ella durante 16 años, y que la indemnice con 20.000 euros por los daños morales.

Según el escrito de acusación del fiscal, el acusado y la víctima se conocían desde hacía aproximadamente un año y habían coincidido en varias ocasiones en la sala reusense. El 9 de diciembre de 2016 fueron los dos, junto con la pareja sentimental del acusado.

El relato de la acusación detalla que sobre las dos de la madrugada, cuando los dos se encontraban en el exterior de la sala, él se abalanzó y le dio un beso en la boca. Que ella lo apartó diciéndole que no quería y que él lo siguió intentando, hasta que una tercera persona se acercó al lugar donde se encontraban y desistió.

Un par de horas más tarde, sobre las cuatro de la madrugada, el acusado y la víctima estaban bailando en la pista y, «con el mismo ánimo libidinoso y sin que hubiera consentimiento de la víctima», la cogió de una mano y la hizo entrar en un baño individual del lavabo de hombres.

Según la fiscalía, el hombre cerró la puerta, colocó el pestillo para evitar que la víctima pudiera salir y la volvió a besar en la boca y le tocó los pechos. También le bajó la parte superior del vestido que llevaba y le hizo tocamientos mientras ella lloraba y gritaba que la dejara marcharse.

El ministerio público apunta que el acusado inmovilizó a la mujer cogiéndola de las manos y levantándolas en alto para reducir su resistencia. En un momento dado le introdujo los dedos en la vagina e intentó penetrarla con el pene, pero no lo consiguió porque ella se resistía. Sin embargo, llegó a eyacular sobre la ropa de ella, siempre según la versión del fiscal.

Acto seguido, añade el escrito, el acusado se sentó la víctima en el lavabo y le dijo que le hiciera una felación sin que lo consiguiera por la resistencia, los gritos y los llantos de la mujer. Entonces, el hombre abrió la puerta y volvió hacia la pista de baile, mientras que ella se fue al lavabo de mujeres donde contactó con una tercera persona para explicarle los hechos.

La mujer contactó con un amigo y este la acompañó hasta un centro médico de Barcelona, localidad donde vivía, para que lo atendieran. Al día siguiente por la mañana él envió un mensaje de móvil a la mujer en el cual manifestaba «siento mucho lo de ayer, perdona si te hice sentirte mal, no era mi intención» o «me sabe mal porque era una salida en la cual lo estábamos pasando bien, se torció al final»

A causa de la agresión, la víctima sufrió un trastorno de estrés posttraumático con sintomatología de naturaleza reactiva a los hechos, entre otros, con problemas para dormir y para mantener relaciones, y que propiciaron que abandonara los estudios y el trabajo. Unos meses más tarde inició un tratamiento psicológico a raíz de la agresión.

La fiscalía acusa al hombre de un delito de agresión sexual por el cual pide 11 años de prisión y la prohibición de acercarse a menos de 500 metros y de comunicarse con la víctima durante 16 años. También solicita que pague a la mujer una indemnización de 20.000 euros en concepto de daño moral y las costas procesales. El caso se juzgará próximamente en la Audiencia de Tarragona.

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