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Quejas de los usuarios del bus urbano de Reus por la falta de distancia entre asientos

Reus Transport se ciñe a la normativa por la covid-19 pero los viajeros piden no tener que sentarse cerca y más frecuencias

Cartelería indica que se restablece la opción de usar todos los asientos.

Quejas de los usuarios del bus|buzo urbano de Reus por|para la falta de distancia entre asientosOlívia Molet

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«Hace unos meses, había pegatinas en algunos asientos para inhabilitarlos y que la gente no se sentara una al lado de la otra, pero después las quitaron y eso es peligroso», explica Ramon Anguera mientras espera para coger el autobús urbano en la plaza de las Oques, y dice que «yo dejo la mochila en el sitio del lado y así no se pone nadie, porque me da miedo». La normativa de uso del transporte público preocupa a los usuarios, que se sienten inseguros porque consideran que el aforo no se controla y «al final, hay horas del día que los vehículos van llenos», y lamentan que «en todas partes se nos dice que mantengamos las distancias pero, en el bus, nadie se asegura de que realmente se haga y reabrir todas las plazas no ayuda nada a que viajamos tranquilos».

Fuentes de Reus Transport consultadas aseguran que la empresa municipal cumple de lleno la normativa de la Generalitat vinculada a la covid-19 y que, con mascarilla, se pueden utilizar todos los asientos. Precisan, también, que en el confinamiento más estricto sí que se cerraron asientos pero que se hizo únicamente en aquel periodo y después se reabrieron.

En los cristales de los autocares municipales de Reus hay indicativos con una recopilación de recomendaciones vigentes: pago con título de transporte o tarjeta de crédito, la mascarilla obligatoria, un máximo de dos personas por metro cuadrado y se restablece la posibilidad de ocupar todos los asientos del autobús. Se aplica un aforo del 50%.

Con todo, los pasajeros piden poner más frecuencias que permitan ampliar las medidas sin que se perjudique el servicio. Otra vecina y usuaria, Carme Reverté, sostiene que «mi hija coge el bus en Juncosa 1 para ir al InstitutGaudí y siempre va a tope »y dice que «si los asientos no se cierran, la gente se pone y no sabes quiénes son». La presidenta de la Asociación de Amigos del barrio Fortuny, Pepita Roig, que coge el bus muy a menudo, expresa que «no está bien que estén todos los asientos disponibles y se permita ir una persona al lado de la otra». Otra usuaria, Mireia Roig, lamenta que «cierran los bares pero en el bus vamos enganchados y nadie controla el aforo».

Gel y tarjeta de crédito

La ubicación de los dispensadores de gel hidroalcohólico, en la parte central de los vehículos, también genera críticas de algunos pasajeros, que se preguntan si es que «no hay que tener las manos limpias hasta que llegas allí». Roigrecuerda que «no hay ningún sistema para recoger el gel sobrante, que acaba cayendo al suelo y resbala, y es peligroso para las personas mayores. En más, el dispensador está tan cerca de los asientos que, cuando te lavas, siempre acabas rociando a la persona que hay sentada». Reus Transport explica que se han instalado allí tratando de buscar la zona más amplia del bus para evitar a la acumulación de gente que se podría dar en la entrada.

En relación a la prohibición de pagar en metálico, el pasajero Hassan Satouri destaca que «hay gente que no tiene la tarjeta de bus ni una de crédito, y es un problema». Otros viajeros del bus urbano, como Jesús Moreno, se resignan: «Tenemos que hacer lo que se pueda e intentar mantener la distancia. Si cerraran asientos, también nos quejaríamos».

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