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Comercio

«Nos debemos a los clientes y les serviremos en el Carrilet hasta el último día»

Los paradistas no se mueven y avisan que cerrar destruiría 30 puestos de trabajo y golpearía el comercio local

Los vendedores llevan recogidas «cerca de 9.000 firmas» de apoyo para continuar activos.

«Nos debemos a los clientes y los serviremos en el Carrilet hasta el último día»Olívia Molet

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El concurso que Reus Mobilitat i Serveis abrió para llenar 29 paradas vacías del MercatCentral no ha registrado peticiones de ningún paradista del Mercatdel Carrilet que se quiera trasladar. Sobre el Carrilet pesa el anuncio de cierre que el gobierno prevé ejecutar por Sant Pere del 2021, dentro de menos de un año. La quincena de vendedores que todavía trabajan lo hacen con la convicción de no moverse del lugar porque «nos debemos a nuestros clientes, que están aquí, y ahora no los dejaremos atrás». Menos todavía en un momento en qué la sucesión de cierres de supermercados enesta zona y la irrupción de la covid-19 «han dejado patente que somos un servicio muy necesario». Ante la insistencia, por parte del concejal de Empresa, Carles Parts, que «la decisión de cerrar no se echará atrás», los paradistas del Mercatdel Carrilet avisan: «Seguiremos aquí y lucharemos con todo hasta el último día», explica Tonyi Juan, de Pollastres i Derivats Felisa.

En el mismo sentido se expresa Patrícia Casas, de la PeixateriaCasas, que apunta que «si, para hacer que nos escuchen, hace falta que nos encerremos aquí, lo haremos. Queremos una oportunidad». «Es cierto que se nos acaba la concesión, pero el Mercatdel Carrilet está funcionando y es muy triste que nos propusieran ir al Central a llenar paradas que están sin actividad», añade.

Los paradistas se quejan de la «falta total de voluntad de diálogo» del Ayuntamiento, que «de un día para otro, después de tiempo prometiéndonos un mercado nuevo, dijo que lo cerraría» y lamentan que «estamos dispuestos a negociar fórmulas, a ocupar un espacio más pequeño y que el edificio tenga también otros usos, pero el Ayuntamiento no quiere hablar de nada, sólo quiere que el Carrilet desaparezca». «Estábamos muy ilusionados con la reforma. Mi hija me sigue en el negocio y a mí me quedan todavía unos 20 años para trabajar. Va, hagámoslo», valora Casas. La determinación del Ayuntamiento de bajar sí o sí la persiana «es un golpemuy duroal comercio local que el gobierno tanto dice que quiere proteger», critica Juan, que expresa que «en la pandemia hemos tenido una función social de llevar cada día la comida a las personas que no podían salir a la calle» y que «ahora que el alimento de calidad y de proximidad como elque nosotros ofrecemos se valora todavía más, los vecinos no tendrán donde comprarlo».

Consensuarán acciones de lucha

Los vendedores no ven justo, tampoco, que el Mercatdel Carrilet cese la actividad «para convertirse en otro edificio cerrado», que es lo que pasará, prevén, por las exigencias económicas que ha generado el virus. Y piden «el listado de los operadores con que Reus Mobilitat asegura que habló y que no quisieron instalarse aquí».

Alertan, además, de que, en caso de que se lleve finalmente al término, el cierre del Mercatdel Carrilet dejará sin trabajo «entre 30 y 50 personas que tienen sus familias» y afectará «igualmente a puestos de trabajo indirectos, como los proveedores que nos suministran el género».

A pesar de que el tiempo corre en contra y que el gobierno se muestra seguro del cierre, en el Carrilet nadie tira la toalla. Por eso, a partir de agosto y en septiembre coordinarán acciones para «seguir batallando e intentar que el alcalde de Reus, Carles Pellicer, recapacite, cosa que sería un bien para el gobierno y para el pueblo». El colectivo lleva recogidas «cerca de 9.000 firmas» a favor que el Carrilet continúe activo y las llevará al Ayuntamiento para hacer constar el apoyo de clientes y vecindario. «Siempre hemos trabajado, las paradas tenemos clientes y eso está vivo», subrayan los paradistas. El adiós programado del Carrilet va camino de convertirse en una pesada losa para el gobierno, que espera consumar el polémico paso, a pesar de la fuerte oposición desde diferentes ámbitos, ya al ecuador del mandato.

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