La Guía Peñín pone nota a una sesentena de vinos de la DO Catalunya

Responsables de la Guía Peñín llegaron ayer a Reus, a la EstacióEnològica, para probar una sesentena de vinos de la Denominació d’Origen Catalunya. En concreto, los encargados de evaluar y probar estos vinos fueron Boris Olivas, responsable de la Escuela de cata de la Guía Peñín, y Ziyang Zhang, responsable de la Guía Peñin en China, aunque este último no puntuó los vinos.

Olivas explica que «es la primera vez que venimos aquí a probarlos, hemos probado cosas muy diferentes», y añade que «la DOCatalunya engloba muchas regiones y variedades, encuentras un poco de todo, no hay una identidad fija, se coge una pizca de todos los sitios del territorio». Con respecto al estilo de cada vino de los que formaron parte de la cata, Olivas destaca que «hay cosas muy tecnológicas, utilizan la tecnología para conseguir ciertos efectos, y otros más artesanos, que dejan hacer a la naturaleza», y señala que «hay diferentes rangos de calidad, aunque en líneas generales todo son muy buenos».

Sobre la nota de estos vinos catalanes, tanto Olivas como Zhang coinciden en que «tienen una calidad buena, incluidos también los vinos de gama más baja». En la misma línea, el responsable de la Escuela de catas de la Guía Peñín indica que «se trabaja bien la tecnología para ofrecer un producto decente, muy competitivo, y creo que esta es la virtud de estos vinos, que incluso las bodegas que tienen mucho de volumen y que hacen un estilo de vino más bajo, consiguen una calidad decente».

Es importante conocer la zona

Ziyang Zhang, responsable de la Guía Peñín en China, visitó Cataluña ayer por primera vez y asegura que «estoy empezando como miembro del equipo de cata y esta es la primera vez que vengo a probar y conocer la zona, porque también es muy importante conocer la zona para poner la nota». Aunque probó también la sesentena de vinos, él no puso ninguna nota.

Desde la DOCatalunya remarcan que los catadores han probado una sesentena de vinos pero confían que en la Guía Peñín acaben saliendo en torno a 90, ya que «hay muchas bodegas que deciden enviar el vino directamente a Madrid –dónde está la sede de la guía– porque cuando venden a los catadores, sus vinos todavía están verdes y no tienen el máximo sabor».