Diari Més
Venanci Bonet

Director del Cineclub del Centro de Lectura de Reus

Cultura

«El cartelismo y las fichas de las películas son rasgos indentificativos de nuestro club»

Este 2019 el Cineclub del Centro de Lectura celebra el 50.º aniversario con una exposición que recupera material gráfico de la veterana entidad

Venanci Bonet en las puertas de la exposición del 50 aniversario.

«El cartelismo y las fichas de las películas son sacados identificativos de nuestro club»Gerard Martí

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—El Cineclub se inauguró el 4 de diciembre de 1969. ¿Cuál fue la primera proyección?

—La película Los olvidados , de Luis Buñuel, que además fue presentada por Miquel Porter-Moix. En aquellos primeros años nos nutríamos de películas del reciente cine de arte y ensayo y de las películas provenientes de países del este, que nos llegaban a través de la Federación Española de Cinceclubs. Entonces ya había presentaciones y coloquios. Nos encontrábamos en plena época franquista, así que el Cineclub era algo más que un relato cinéfilo, era una vía para expresar públicamente inquietudes políticas y sociales que en otro lugarno habrían tenido cabida. Después, con la llegada de la democracia, ya nos dedicamos al hecho estrictamente cinéfilo.

—Cuál fue la época dorada?

—En los años ochenta. Entonces teníamos mucha aceptación popular. Teníamos acceso a muchas películas, tanto clásicas como contemporáneas que no tenían cabida en las salas de Reus. Hubo una explosión de público que, además, una vez finalizada la sesión, se iba a sitios como el mítico pub Dadá de Reus a hablar de la película.

—Hubo estrenos que fueran especialmente chaladas?

—Sí, por ejemplo El Timbal de lata , o El matrimonio de Maria Braun . Después, también lo fue To be or not to be, de Ernst Lubitsch, que era un clásico pero que había sido estrenada tarde. Otros grandes éxitos del Cineclub fueron Cinema Paradiso i Bagdad Café .

—Y hubo que fueran polémicas o controvertidas?

—se pasaron películas clandestinas. Por ejemplo, el año 71, se vio El acorazado Potemkin , de Eisenstein, que estaba prohibida. Se había anunciado otra cosa, porque en público no se podía anunciar, pero porel boca a bocase sabía que se exhibiría esta otra película. Otra que también se pasó fue Octubre .

—Un aspecto muy relevante de su entidad es el cartelismo.

—Sí, gracias a un equipo de grafistas de Reus, las proyecciones siempre venían ilustradas con carteles originales, específicos para cada película. Además, cada autor tenía su sello, empezando por Pere Prats Sobrepere, que fue el primero, y también creador del logo del Cineclub. A la exposición de los 50 que tenemos abierta al Centro de Lectura se pueden ver algunos de estos primeros carteles, que entonces se hacían con linóleo. También es importante destacar son las fichas, otro rasgo identificativo de nuestro club.

—Cincuenta años más tarde, siguen ofreciendo una programación estable. ¿Cómo se estructura esta oferta?

—Los viernes se proyectan películas de cine contemporáneo en el Bartrina, películas que no suelen tener cabida en las salas comerciales. Después también hacemos ciclos los miércoles por la tarde.

—Ya han empezado los actos de celebración de este cincuenta aniversario. ¿Qué tienen previsto, para los próximos meses?

—Ya hemos hecho una exposición dedicada a Macario Gómez (Mac), y ahora tenemos abierta la exposición de los 50 años del Cineclub, donde se pueden ver fragmentos de proyecciones que se han hecho en cada año de estos cincuenta, así como una muestra del cartelismo original de lo que hablábamos antes. Como complemento, hay uno muestra de libros de cine y dvds, que son reflejo de la videoteca que se creó ahora hace veinticinco años gracias a la Sección de comunicación. Y también una vitrina que recuerda las fiestas cinéfilas que se hicieron al principio de los años noventa, cuando decorábamos la casa y nos disfrazábamos. También, durante los ciclos, se han hecho presentaciones y se seguirán haciendo, y tenemos en preparación un curso de lenguaje cinematográfico, así como otras charlas.

—Qué futuro le augura, al Cineclub?

—El año 2000 sufrimos una pequeña bajada, pero resistimos y ahora estamos fuertes. En estos cincuenta años se han proyectado 1688 películas, y tenemos un público fiel, quizás no tan numeroso como querríamos, pero que nos ayuda a seguir funcionando.

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