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Bienestar

Reus recupera 1.220 toneladas de alimentos aptos y que las tiendas descartan

El programa de Gestión Alimenticia, que este septiembre alcanzará 7 años de actividad, abastece de productos a unas 5.000 familias

Uno de los camiones con los que se traslada el género.

Reus recupera 1.220 toneladas de alimentos aptos y que las tiendas descartanCristina Aguilar

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El programa de Gestión Alimenticia, a través del cual el Ayuntamiento de Reus articula la recuperación de alimentos frescos y guisados de una veintena de establecimientos para personas con pocos recursos económicos, ha superado recientemente la cifra de las 1.000 toneladas reaprovechadas desde su puesta en marcha, el año 2012. En concreto, al acabar 2018, el sistema había evitado que acabaran como residuos, en la basura, 1.157.968 kilos de comida todavía apta para el consumo humano pero que había quedado fuera del circuito comercial. A finales de abril de este mismo 2019, según las últimas cifras hechas públicas, la cantidad de género recuperado subía ya a los 1.218.449 kilos.

El programa, que en septiembre llegará a los 7 años de actividad, es pionero en el conjunto de Cataluña y resulta paradigmático porque realiza íntegro el ciclo del supermercado a la mesa. La concejala de Bienestar Social, Montserrat Vilella, valora que «estamos satisfechos porque el programa, con el tiempo, se ha consolidado. Cuando lo empezamos, no sabíamos qué respuesta tendría pero, aparte de las toneladas de producto, que hablan por ellas mismas, el sistema de gestión es altamente riguroso desde el punto de vista de la seguridad alimenticia».

«Muchos proveedores confían ahora en nosotros y hay movimiento», añade Viella, que dice que «nos vamos adaptando a la realidad: desde hace un tiempo, la mayoría de supermercados hacen ofertas cuando un alimento caduca aquel día y eso, el año 2012, era impensable porque todavía estaba la idea que hacía falta una caducidad larga para poder venderlo. Por suerte, eso ha cambiado y socialmente es mucho más sostenible. Se tiene que hacer un cambio y creo que se está haciendo». «Siempre está el margen de producto que tirarían y que está todavía en buen estado» y es de aquí de donde estira el programa. La cuestión del aprovechamiento de alimentos se ha vuelto a poner bajo el foco estos días, precisamente, por la acción del movimiento Fridays for Future, que la abordó en el último de sus encuentros semanales en la plaza Prim.

La concejala de Bienestar destaca que, «de cara al futuro, con la construcción del Centro Social El Roser, la despensa solidaria y la empresa de catering y cafetería, lo que se pretende es ir un paso más allá». El proyecto de El Roser ha salido hace pocos días, de nuevo, a exposición pública después de volver a ser aprobado y la previsión es que se ejecute en una sola fase a través de cerca de 2 millones euros procedentes del Plan de Inversión 2019.

La cifra de toneladas de alimentos que el programa de Gestión Alimenticia ha recuperado hasta abril es de 1.218, pero se habían recogido 1.438. La diferencia, un 11%, se corresponde con lo que no se puede reaprovechar. Comprar estos alimentos habría costado 2 millones. Unas 5.000 familias se benefician del programa.

La mayoría de la comida proviene de la primera línea de recuperación de alimento fresco vinculada a las entidades de la red de alimentos, donde participan el Mercat del Camp, varios supermercados, tiendas de comestibles y PortAventura, entre otros. Otra parte de los productos tienen que ver con la segunda línea de recuperación de alimento fresco y guisado, que está relacionada con Mercadona y con el comedor social. Aparte de los establecimientos comerciales, comedores escolares como el de la Escuela Montsant, el de la Escuela Pare Manyanet y el de la Escuela Puigcerver, así como otras empresas de catering, dan género.

Comidas a domicilio para personas mayores

Con respecto al detalle de los alimentos recuperados en la primera línea hasta abril de este 2019, que son 52.446 kilos, un 32% eran verdura, un 25% eran fruta, un 15% eran lácteos y un 13%, cárnicos. El resto eran huevos, productos de panadería y otros. En relación a la segunda línea, la de los alimentos cocinados, Vilella recuerda que «lo último que hemos hecho en este sentido es el proyecto de llevar alimentos a las personas mayores, que está funcionando muy bien» y mediante el cual se da servicio a «personas mayores que, a través de Servicios Sociales, sabemos que viven solas y tienen dificultades para cocinar pero que todavía quieren y pueden estar en su casa».

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