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Fito y Rosaura prueban vino en el campanario

Còdol Educació nos introduce en la leyenda de Rosaura, la hija del campanero de la Prioral de Reus

Amojono Luri interpretando la Leyenda de Rosaura este viernes en el Campanario de Reus.

Amojono y Rosaura prueban vino en el campanarioCristina Serret

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Reus. Diciembre de 1640. Las tropas de Felipe IV entran victoriosas en la ciudad después de la rendición de la población. La joven Rosaura, hija del campanero de Sant Pere, contempla la escena desde arriba de todo del campanario, llena de rabia. En un instante, su mirada choca con la del altivo capitán de las tropas castellanas. Una mirada que cambiará el devenir de la ciudad y de la misma Rosaura, y convertirá la joven doncella en la heroína que hará despertar a los reusenses contra el enemigo.

Esta leyenda, recogida el año 1920 por Claudi Montanya en la Revista del Centre de Lectura, es el punto de partida de la nueva propuesta de Còdol Educació, una actividad que se estrenó la semana pasada, en el marco de la Festa Major de Sant Pere de Reus.

En esta ocasión el escogido para glosar la historia de Rosaura es Fito Luri, que hace las funciones de guía y trovador en la visita por el Campanario de la Prioral. El cantautor ha compuesto para esta acción una serie de piezas que, en uncrescendo narrativo y musical, desgranan la desventurada historia de Rosaura. Desde la puerta de acceso, Luri invita al público a seguirlo hasta la cima del Campanario, subiendo por la escalera de la torre y haciendo paradas en puntos tan emblemáticos como la sala del reloj, donde la música del trovador acaba dulcemente sincronizada con el tictac de la maquinaria.

Una vez en la sexta planta, y desde debajo mismo de la magnífica campana Petra Clàudia, Luri desgrana el final de la historia mientras el sol se pone sobre la ciudad. La experiencia se complementa con una degustación de vino de la DO Tarragona, que se sirve bien fresco mientras suenan las últimas notas y los últimos rayos de sol dan paso a los últimos contraluces del día –dibujando una postal idílica pero también estropeando todas las fotos.

Una vez más, Còdol Educació ha diseñado una experiencia sin aristas, en las que la memoria histórica se sirve a caballo entre los sentidos y las artes. En esta ocasión con la complicidad de Fito Luri en el papel de trovador contemporáneo. No hay ropa de época -Luri aparece vestido de color negro, con una sola concesión en las alpargatas de vetas–, ni datos históricos que recuerden el año de construcción del Campanario o cuántas campanas resuenan. Esta no es la intención, pero como pasa siempre con las experiencias Còdol, tampoco se echa de menos.

Las visitas se hacen en grupos reducidos, a causa de las mismas condiciones del campanario. Puede pasar que mientras Luri –más reusense que la coca con cerezas– esté tocando, suenen las campanas, o en la plaza de la Mercadal resuene la Tronada. Circunstancias que, más que entorpecer la actividad, lo engalanan todavía más.

La actividad tiene una hora de duración y se hace todos los viernes de julio y agosto a las ocho de la noche. El precio es de 13 euros por persona, 10 euros para los jóvenes de entre 8 y 17 años, y gratuito para los menores.

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