Diari Més
Carles Pellicer

Alcalde de Reus

Política

«El Vapor Vell, el Ferrocarril y Bellissens son ámbitos a potenciar en el futuro»

El alcalde defiende su papel el 1-O, destaca la situación económica del Ayuntamiento y avisa de que «no gobernaría con Cs» sin embargo «sí con el PSC de Reus»

El alcalde de Reus, Carles Pellicer, en la escalera de la planta noble del Ayuntamiento.

«El Vapor Viejo, el Ferrocarril y Bellissens son ámbitos a potenciar en el futuro»Olívia Molet

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—¿Qué balance hace de los últimos cuatro años de mandato?

—El balance es positivo después de hacer mucho trabajo. Se ha hecho una importante labor en la ciudad en muchos ámbitos después de los primeros cuatro años, que fueron complejos. Los primeros cuatro años de mi mandato tienen una letra, la letra A de la ayuda, de la atención a la gente. Estos años donde estamos ahora son los de la C de la consolidación. Por lo tanto, los próximos cuatro años son los de la P de la proyección y serán de la excelencia.

—¿En este tiempo, cree que ha sido el alcalde de todo el mundo?

—Sin lugar a dudas. El alcalde de Reus es el alcalde de todo el mundo. He hecho de alcalde absolutamente para todo el mundo, para toda la ciudad, para el centro y los barrios, he atendido a todo el mundo que me ha pedido ayuda. El trabajo del alcalde es estar al servicio de la ciudad, al servicio de las personas, y creo que yo he estado siempre allí. Lo digo no sólo con sinceridad, sino con sentimiento. Nadie puede decir que no lo hayamos atendido. Sé con exactitud cómo se mueve la ciudad. Eso es ser alcalde de todo el mundo. Conozco los grandes y los pequeños problemas, y todos incumben el alcalde y son igual de importantes.

—¿Por qué hay quien cuestiona su compromiso con el independentismo?

—Yo soy el alcalde del 1-O. Y eso quiere decir que he defendido que la gente pudiera votar, tanto los que querían votar que sí como los que querían decir no. Lo defendí aquel día y lo volvería a hacer. Pienso que la democracia es eso, votar y que todo el mundo se exprese como considere. Yo quería que todo el mundo pudiera expresarse. Un alcalde democrático, un alcalde de todo el mundo, tiene que permitir que todo el mundo pueda expresarse. Poder decir , no o votar en blanco es la esencia de la democracia. Si hubiera otro 1-O no tendría ningún inconveniente al hacer lo mismo.

—¿Entonces cómo es que se pone en duda eso?

—Estoy imputado dos veces por la situación política del país. Si hay personas que tienen dudas en un sentido u otro, o actúan con un posible menosprecio, se tendrían que mirar ellos. El 1-O, yo estuve hasta el final. Y no todo el mundo puede decir lo mismo. Ser o no ser, depende de los hechos, no de aquello que digas. En el momento de la verdad, de defender pancartas, de defender colegios, he estado allí. ¿Eso es no ser el alcalde de todo el mundo? No, es ser el alcalde de todo el mundo también. Ser alcalde va mucho más allá de todo eso, quiere decir gestionar la ciudad. Nadie puede decir que no lo haga. Incluso, voy a menudo a las casas de las personas para atender sus problemas. Sin preguntarles qué piensan. Eso es ser alcalde de todo el mundo. No es suficiente con ir a una manifestación. Se tiene que privar donde toca y cuando toca. En este momento, nadie me puede acusar de nada que no sea de lealtad.

—¿Si pudiera volver atrás, colgaría la pancarta de ‘Llibertat presos polítics’?

—La pancarta, cuando acaben las elecciones, se volverá a poner. Tiene un carácter de transversalidad. Es la respuesta a una situación y creo que no hace daño a nadie. Está arriba y mantiene su posición de mensaje. Esta pancarta, sí. Otras pancartas, no. No habrá ninguna más. No podemos permitir que la fachada del Ayuntamiento sea un lugar panfletario.

—¿Cuál ha sido la mejor y cuál la peor decisión de que ha tomado desde el 2015?

—Decisiones he tomado muchas, a menudo muy difíciles de tomar. Un alcalde de todo el mundo toma decisiones para todo el mundo. Y, cuando uno decide, hay quien decidiría otra cosa. ¿La mejor? Atender como atiendo a las personas, una a una. Para mí es gratificante ver que puedo solucionar problemas. Revocar el tema del fútbol es una buena decisión donde preservamos los intereses de la ciudadanía. Todos los acuerdos para entendernos con Tarragona han sido importantes. En la promoción de la ciudad y la captación de empresas hemos tomado decisiones importantes. He trabajado para que haya empleo|ocupación, turismo, que la cultura sea potente. Y reducir deuda. Dejamos una ciudad segura, ordenada y proyectada. ¿La peor? No lo sé. Estoy contento de mi trabajo y mi equipo.

—El déficit del Sant Joan se ha quedado, al cierre del 2018, en 111.000 euros por los 3,2 millones del 2017. ¿No se podía haber dado antes una reducción como esta?

—El Hospital, en el futuro lo gestionará la Generalitat. Ahora, el déficit sigue siendo importante. La mejor posición para el futuro de la ciudad es que la Generalitat gestione el Hospital. Y eso está decidido. El Ayuntamiento ya ha puesto bastante dinero en los déficits del Hospital en anteriores años, no tenemos que asumirlos más. La decisión está tomada. De déficit, siempre se ha generado porque la sanidad es deficitaria. Y el déficit, a efectos contables, es de 3.100.000 euros, aunque realmente son 110.000 euros. Sea como sea, gestionar el Sant Joan nosotros es mucho más complejo que si lo hace quien gestiona toda la red.

—¿Por qué no se ha sacado adelante todavía un nuevo concurso por el servicio de la basura?

—Pensamos que, ante elecciones no es el mejor momento para hacerlo. El gobierno que salga decidirá qué hace con la basura|maleza. El servicio va bien, funciona bien, hay una prórroga. Se está sacando adelante el pliego de condiciones, está estudiado, pero ahora, apurar al máximo en el periodo que estamos, no era bueno para nadie. Lo mejor es que el próximo gobierno decida.

—Pero el contrato expiró el 31 de diciembre.

—Lo que está claro es que, en el 2019, se tendrá que adjudicar. Entrar ahora en este debate, en periodo de elecciones, no es el momento. Las cosas se hacen cuando tocan. No creo que nadie pueda decir que este gobierno no haya sido fácil ni eficaz.Però las cosas tienen unos trámites y llevan un tiempo.

—¿Cuándo abrirá la residencia de personas mayores de Horts de Miró?

—Este era un problema que hemos desbloqueado en una reunión reciente con el conseller de Trabajo, Asuntos Sociales y Familias. ¿Por qué ha sido tan lento? Porque las cosas no son tan sencillas. Está en proceso de desbloqueo.

—Hace cerca de siete años que está parada.

—Yo ya lo entiendo. Desde fuera se ve de una manera, pero dentro hay cuestiones legales, jurídicas, económicas. Es un problema que hemos tenido y los problemas se desbloquean. Abrirá cuando se pueda. Y, por mucho que digamos, no abrirá antes. Las cosas se tienen que hacer bien hechas y este gobierno no se engancha los dedos. Tirar millas porque sí, no. Cuando se pueda, abrirá. Y será lo antes posible. La pelota la tiene a la Generalitat. Nosotros hemos hecho todos los deberes y ellos tienen que hacer los suyos.

—Es difícil encontrar ningún barrio que no pida más policía o cámaras.

—Los barrios, me los conozco mucho. Quiero decir que, en este momento, no se me escaparía ninguna calle. Hemos invertido urbanísticamente en barrios, en Sol i Vista y ahora lo estamos haciendo al Carme. En seguridad, hemos tenido un tema de jubilaciones de guardias por un decreto de Pedro Sánchez a nivel de España. Hemos incorporado a 15 policías nuevos y cubriremos 20 plazas más en dos años. Sin embargo, mi proyección es que tenemos que poner 10 más, así que hablo de una treintena. Por lo tanto, no tenemos la plantilla cubierta. En los próximos años, tenemos que hacer un esfuerzo y tener una plantilla con la ratio que corresponde a una ciudad como esta. Càmeres, ponemos donde toca. Ahora hemos puesto siete. Sin embargo, no podemos convertir la ciudad en un Gran Hermano.

—¿La ciudad tiene un problema con las ocupaciones?

—Cada ocupación es un problema. Pero nosotros también tenemos uno que es que la justicia no actúa con diligencia. El Ayuntamiento hace lo que hace con la Guardia Urbana, y Mossos actúan cuando se puede. Que los vecinos tengan que tapiar pisos no es la solución. La solución es que la justicia sea diligente. Y que la gente cambie. Por otra parte, en los próximos años tenemos que trabajar la vivienda, porque es una asignatura pendiente con la sociedad. Hay locales en la periferia vacíos y que podrían ser viviendas. La vivienda social lo tiene toda llena. Se tiene que construir más. Hemos sancionado por valor de 400.000 euros en los bancos que no cumplen y seguiremos. La vivienda social rebajará los ocupas y abrirá oportunidades.

—¿Es positivo aumentar la presión contra el incivismo?

—El incivismo es un problema y hemos multiplicado las sanciones. La gente, no sé por qué motivo, se nos ha vuelto incívica. Yo creo que hay un factor muy importante, y es que, en los próximos cuatro años, me gustaría que se enseñara civismo en las escuelas, que se potenciara con la Guardia Urbana, con los maestros. Voy cada día a un barrio y la gente se queja mucho. Nos dicen que todavía multamos poco por los perros. Tenemos más de 18.000 y se tiene que controlar. Nadie me puede decir a mí cómo pagará una sanción por el pipí de perro. No lo tiene que pagar nadie, si hace lo que tiene que hacer que es tirar agua. Ahora, si alguien parte que es uno irresponsable, no es mi problema. La ciudadanía tiene que recoger los excrementos y remojar los orines. Yo no quiero multar a nadie.

—Se están abriendo parkings disuasorios y el de tierra del Hospital, que era gratuito, será zona azul.

—Esta es una de las decisiones importantes. Al final, el parking se podrá hacer. Será de pago, dos euros al día, y la hora 50 céntimos. No hay ningún municipio donde el parking sea gratuito. La gente se tiene que acostumbrar que se tiene que pagar un mínimo. Y es el mínimo después del acuerdo con el concesionario porque, si no, no nos habría permitido construirlo. Será magnífico con 320 plazas, asfaltado, con luz y controlado. Las cosas se tienen que pagar. El parking subterráneo bajará de 7 a 4 euros, que es el mismo precio que se paga en la red municipal, la más barata de Cataluña. Y FiraReus irá en la misma tendencia. Ha sido una negociación perfecta. Además, hemos hecho parkings gratuitos a Países Catalanes, a Sor Lluïsa Estivill o en el Velódromo.

—¿En qué punto se encuentra el paquete ferroviario?

—Hemos encontrado a un buen interlocutor en Adif en la directora general de proyectos. Está de acuerdo con el apeadero de Bellissens, está haciendo ahora un estudio de demanda. Estamos en contacto con ellos a nivel técnico para poner en solfa todo eso. Veremos la estación de Bellissens, la veremos, como uno de los grandes proyectos de futuro. ¿Lleva muchos años a la espera? Sí. Pero también tenemos que pensar que la situación económica del Ayuntamiento, complicada, ha sido igual para la Generalitat y también para el Estado.

—¿El apeadero tiene fecha?

—Se hará. Es una gran infraestructura y lo que es potente no es fácil de hacer. Tenemos un problema de diferencia de cotas entre Vila-seca y Reus que ha moderado la construcción.

—¿Mantiene Reus la capitalidad cultural?

—La cultura está fantástica. La ciudad es muy potente a nivel cultural. La Capital de la Cultura, con 200.000 espectadores, nos ha posicionado a todos los niveles. El Trapezi será espectacular y seguiremos siendo una ciudad de festivales. La cultura la hace la ciudad y nosotros la impulsamos. Y eso nos da potencia. Diría que somos la ciudad más potente de Cataluña después de Barcelona. Lo vemos en los teatros, donde doblamos funciones. Y eso un momento en que Barcelona no llena. Tendríamos que hacer un festival de música en verano. La Ciudad de la Música ha ido muy bien y ha dado frutos.

—El comercio se queja de que el mal momento no se acaba y apunta la afectación de La Fira. ¿Construirla fue mala idea?

—La Fira no fue idea de este gobierno. Sin embargo, en este momento la tenemos y lo tenemos que incorporar. La acabamos nosotros, pero es que no había nada que hacer porque los contratos son los contratos y yo me encontré a uno firmado. Como alcalde, lo tengo que respetar. Nada que decir. Si no, hubiera costado una millonada. Era una operación concatenada con el Tecnoparque en momentos muy complicados, y fue difícil. Bien, pues ya está. Es como el Hospital. Tenemos el mejor Hospital del mundo y la mejor Feria del mundo. Claro está que todo afecta. Sin embargo, lo que tenemos que hacer es incorporarlo. Tenemos que poner el valor el centro y hacer algunas actuaciones.

—¿Cuáles?

—Los tenderos del Arrabal Santa Anna piden hacer pruebas sobre el cierre del arrabal. Tenemos que estudiar, siempre con consenso y con pruebas, hacer para peatones Jesús y Santa Anna. Lo veo bien. No nos podemos quedar igual. Y eso comportará que tenemos que actuar en la plaza Prim. Se tiene que remodelar, hacerla nueva. Es de los años 80 y tenemos que cambiar el concepto. Los tenderos están de acuerdo, hay demanda. El coste no es elevado, se trata de poner pilones con lectores de matrícula y decidir si lo hacemos puntualmente o siempre.

—¿Como aficionado, cómo ha vivido la situación del CF Reus?

—Mal, no me ha gustado la imagen que esta gente ha dado de Reus. Una cuestión económica y a título particular ha llevado a estropear el nombre de la ciudad. Y eso me duele. Lo vivo, ahora, con prudencia. Sé que el administrador hará el trabajo bien, pero no tengo ninguna confianza en las dos personas que han sido propietarias del CF Reus. El Ayuntamiento no ha tenido contactos con ninguno de los dos. El último señor subió al Ayuntamiento un día y no ha vuelto, ni hablamos. Con el administrador concursal, hay reuniones técnicas. Hay unas deudas de la SAD hacia el Ayuntamiento que tengo que preservar, y son 190.000 euros. Tenemos un patrimonio nuestro, y un fútbol base. El mensaje a las familias es de tranquilidad. Estamos en vías de trabajo.

—¿En qué momento económico deja el gobierno el Ayuntamiento?

—En el 2011 teníamos un endeudamiento de 405 millones de euros. La situación era muy compleja pero salimos adelante bien. La buena noticia es que, en diciembre del 2018, el endeudamiento era de 218 millones. Y la proyección en el 2019 es de 185 millones, un 50% menos. Si la operación del Hospital va bien, e irá bien, se pasará a 110 millones. Eso quiere decir que el próximo alcalde tendrá posibilidad de hacer la suya los próximos cuatro años. El equipo que presido ha hecho un trabajo excepcional. Y eso es ser alcalde de todo el mundo.

—En mayo está el juicio por la rebaja de los sueldos de los concejales.

—Es una moción que se aprobó a su día. Yo valoro que los sueldos son correctos. Nos defenderemos. Los sueldos fueron aprobados por plenario al inicio de mandato y se han estado desarrollando. No tiene ningún fundamento jurídico mantener la posición suya. El Ayuntamiento no ha hecho nada que esté fuera de la ley, y yo me he preocupado mucho de eso. No se hace nada si no están los informes correspondientes, también en este tema. El resto es político.

—¿Se están haciendo más obras porque vienen elecciones?

—Eso es como si me dijeran «es que el alcalde va a los barrios porque vienen elecciones». Nadie me lo puede decir. Desde que se decide hacer una obra hasta que se hace, puede pasar un año o más. Este gobierno no invierte si no hay una seguridad económica. Cuando hay disponibilidad, actuamos.

—¿Hacia donde crecerá la ciudad?

—Hay cuatro ámbitos a potenciar en el futuro: el Vapor Vell, el Ferrocarril, el entorno de la estación de tren y Bellissens. El proyecto del Vapor Vell lo tenemos que desarrollar buscando fondos en Europa, como hicimos con la Boca de la Mina. Y haremos, seguro, una piscina al lado del Pabellón Olímpico.

—¿La campaña del 26-M exigirá picar más piedra que nunca?

—Estoy muy contento de mi campaña y del jefe de campaña. El candidato hace lo que ha hecho siempre, en mi caso. Yo hace muchos años que voy por las casas. Y, ahora, toco los timbres y hago encuentros de menjablanc. Voy a 1.200 personas, una a una, explicando mi proyecto. La gente me hace preguntas y yo respondo. Una pregunta recurrente es el parking del Hospital. Lo explico y se entiende.

—El partido Entre Veïnses fruto de algún error del gobierno?

—La democracia permite que quien quiera presentarse a las elecciones se pueda presentar. Y no comento otros partidos.

—¿Con quien no pactaría nunca?

—Llevamos cuatro años pactando con todo el mundo para sacar temas adelante en minoría. En gobierno, podría pactar con ERC y Ara Reus, con quién hemos hecho buena trabajo. Podría pactar con el PSC de Reus. Pero no gobernaría con Cs ni con otros partidos de derechas. Seguro. Porque no aportarían tranquilidad. A menudo, recibimos críticas de unos y de otros. Unos dicen que no soy lo suficiente y otros dicen que soy demasiado, pero es que mi trabajo como alcalde de todo el mundo es preservar la convivencia.

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