Diari Més

Alba Sotorra: Directora de 'Commander Arian'

«Hay que defender la paridad que han empezado a alcanzar las mujeres kurdas en Rojava»

El documental ‘Commmander Arian’, dirigido por la reusense Alba Sotorra, relata la lucha de un batallón femenino de la resistencia kurda

La directora de documentales Alba Sotorra durante el rodaje.

«Hay que defender la paridad que han empezado a alcanzar las mujeres kurdas en Rojava»ACN

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Este martes la directora cinematográfica reusense Alba Sotorra presentó su documental Commander Arian en el Centre de la Imatge M as Iglesias de Reus. Se trata de un relato en el qual la misma directora se adentra a primera línea de la guerra de Siria para documentar la lucha de las mujeres kurdas del norte del país contra el Dáesh (ISIS) y su revolución feminista en Rojava.

—¿Quien es la comandante Arian?

—Es una de las comandantes de las YPJ, las Unidades de Protección de las Mujeres que surgieron en Siria el año 2012. Las YPJ fueron una reacción a la inestabilidad y la violencia que se estaba viviendo en la zona, una medida para protegerse de esta violencia, especialmente en el caso de las mujeres, y que en un principio provenía de grupos islamistas radicales y al final fue del estado islámico. Pero sobre todo, y por eso me llamaron tanto la atención, las YPJ se formaron para hacer una revolución profunda que transformara las estructuras sociales y políticas de aquella región, que es muy patriarcal, y acabar con el patriarcado.

—¿Cómo conoció la historia de Arian?

—La conocí en el primer viaje que hice a Kobane, a principios del 2015. Llegué allí sabiendo que quería hacer una historia sobre las YPJ y que la quería hacer a partir de una historia personal, pero no tenía claro cómo lo enfocaría ni quién sería la protagonista. Estuve los dos primeros meses haciendo investigación y conviviendo en diferentes batallones. Arian fue una de las mujeres que conocí.

—¿Qué relata, su documental?

—Es una historia muy personal que retrata la vida de la comandante Arian, a quien seguí durante más de tres años en el frente de guerra. Está montada en dos capas temporales. Una es el presente, donde vemos a una mujer rota, herida y con dolor. Poco después vamos al pasado, y allí vemos a esta misma mujer en pie de guerra, liderando un batallón de mujeres en una misión para acabar con el asedio de Kobane. Durante estos dos tiempos, hacemos con ella un viaje muy profundo sobre lo que quiere decir ser mujer en aquel contexto, sobre lo que signficia luchar y sobre la necesidad de no rendirse.

—El rodaje fue hecho por Usted misma, y como única integrante de la producción dentro del batallón femenino. ¿Cómo fue esta experiencia, desde el punto de vista cinematográfico?

—Normalmente ruedo con un equipo, pero en el primer viaje de investigación me di cuenta de que en este contexto era muy difícil llevar un equipo, sobre todo porque no podía garantizar su seguridad. Tampoco podía garantizar cuántos días estaríamos, porque cuando entrabas en Siria no sabías cuándo podías salir, ya que el cruce de la frontera, que se hacía de noche y de manera ilegal, era siempre muy complicado. Pero uno de los puntos interesantes del documento es que es una visión muy íntima, y si lo pude hacer así, fue porque, al ir sola, me pude integrar en el batallón. Llegué, me dieron un uniforme y llegué a hacer tareas como guardia en las noches, cocina, limpieza... Por eso la cámara es una más de las soldados del batallón, y eso se nota en la película.

—¿Y en el aspecto más personal?

—Esta película es la experiencia más intensa que he vivido nunca, y marca un antes y un después en muchos niveles. He sacado muchos aprendizajes, pero lo más importante es lo que me ha enseñado Arian, y es que uno sólo pierde si se rinde. Otro es escuchar, como mujer, que la lucha de cualquier mujer en cualquier lugar del mundo es también nuestra lucha, y que como mujeres y feministas, es importante ver qué nos une más allá de las pequeñas diferencias y trabajar juntas en eso con el fin de cambiar el mundo.

—¿Qué supone para estas mujeres la difusión de su historia?

—Es muy importante lo que ha pasado en Rojava: miles de mujeres han conseguido transformar a una sociedad que era patriarcal en un sistema político que funciona de manera paritaria, donde hay un hombre y una mujer en cada cargo político. También han conseguido acabar con los crímenes de honor, con la violencia contra las mujeres, los matrimonios forzados. Están construyendo un espacio de democracia real que funciona de manera asamblearia, con cooperativas y justicia social. Y todo eso ha pasado en un contexto de guerra. Es tan precioso que es importante que se sepa, porque nos aporta un conocimiento y una esperanza que nos pueden ayudar en nuestros territorios. Pero también es importante que se sepa porque este sistema está bajo la amenaza del estado turco. Turquía tiene como objetivo destruir cualquier propuesta política que los kurdos hagan en cualquier parte del territorio donde habita su pueblo. Los kurdos están entre Turquía, Irán, Irak y Siria, y Turquía está amenazando con destruir todo este movimiento que han hecho las mujeres kurdas en Rojava. Creo que es importante que se sepa que están allí, porque si hace falta, se tiene que defender.

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