Diari Més

Roger de la Cruz y Jordi Canela, miembros del Ball de Sant Miquel de Reus

«El Baile de Sant Miquel se tendría que independizar de los diablos»

Se despidieron de los papeles principales de Lucifer y la Diablesa por las fiestas de Misericordia

Jordi Canela i Roger de la Cruz amb els ceptrots del ball.

«El Baile de Sant Miquel se tendría que independizar de los diablos»Olívia Molet

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Roger de la Cruz en el papel de Lucifer, y Jordi Canela en el de la Diablesa, protagonizaban el Baile de Sant Miquel hasta la Misericordia de este año.

—Cuánto de tiempo hacía que representabais a Lucifer y la Diablesa? ¿Cómo es que habéis decidido dejarlo al mismo tiempo?

—Desde el 2011, empezamos juntos, pero dejarlo no fue una decisión conjunta. Yo llegué el viernes anterior al baile, y dije que lo dejaba. Sí, no lo habíamos hablado. Pero lo anunciamos el mismo día.

—El Baile de Sant Miquel es tradición del modelo tradicional de Bailes de Diablos del Baix Camp?

—No, y eso es un debate eterno. En Reus, había entremeses sobre la lucha entre el bien y el mal, aunque no hay ningún documento concreto, pero se los menciona en escritos de Antoni Bofarull. Pero en Reus, en torno al siglo XVIII, se pierden los bailes hablados, y el modelo de Ball de Diables que se decide seguir no tiene. En cambio, en el Penedès, el entremés y el Baile de Diablos han ido juntos, y aquí, fueron las dos cosas por separado.

En Reus, hay antecedentes. Sabemos que desde el Bravium se habían pedido trajes al Baile de Diablos para representar el Baile de Sant Miquel. Y en algún momento, desde la formación oficial se quiso recuperar.

El Baile de Diablos recuperó, brevemente, el baile hablado del 81 al 83. El año 1992, por los 400 años de la Aparición de la Virgen de Misericordia, se hizo una representación, y después, hasta el 2006 no lo volvemos a recuperar. La recuperación del 81, podría ir ligada al encuentro de Bailes de Diablos Tradicionales que se hizo en el mes de junio en l'Arboç, en qué después de un pasacalle, cada grupo representó el suyo, y cuando llegó el turno de Reus, subieron al escenario a hacer al payaso. Y la primera representación del Baile de Sant Miquel, como tal, se hace en septiembre de aquel año.

—Cuánto de tiempo requiere preparar el Baile de Sant Miquel?

—Más de lo que dedicamos, seguro. Hace años que decimos que tendríamos que ir apuntar las cosas que pasan durante el año, porque después llega en agosto, que es cuando empezamos a hablar de qué escribimos, no nos recordamos de qué ha pasado a abril.

Pero es verdad que durante los últimos años, nos ha pasado, que la actualidad nos ha obligado a reescribir versos el mismo día. De hecho, los guiones se imprimen el día del baile, porque siempre pueden pasar cosas de última hora. Pero si tenemos que decir un periodo, diría que más o menos un mes.

—Antes el Baile de Sant Miquel no incorporaba tantos versots, y se ceñía más al baile hablado del texto que se había recuperado. ¿Cuándo se decidió introducir más sátira al espectáculo?

—Hacia el 2011, decidimos reducir a algunos personajes, porque en el baile hablado hay más, y que todos, menos Lucifer, la Diablesa y Astarot, tenían versots incorporados. Antes los versots nos los escribían, pero en los últimos años empezamos a escribirlos nosotros mismos, y este año fue el primero en que cada diablo se escribió los suyos.

El Baile de Sant Miquel en Reus va incorporando elementos de un año a otro, ya que como no nos tenemos que ceñir a una tradición, cada uno puede hacer sus aportaciones, y si vemos que funcionan, pueden continuar. En el Penedès se distingue mucho entre el Auto Sacramental y los versots, y en la zona del Garraf se mezclan. Y nosotros, que no hacemos el Auto Sacramental como tal, decidimos hacer una mezcla.

—habéis notado mejor recepción con los políticos locales que al principio?

—Lo que nos gusta, es que hay muchos que ya se lo esperan e incluso les gusta. De hecho, últimamente ya se ha visto durante toda la Fiesta Mayor, que el alcalde y el concejal de Cultura, primero Quim Sorio y después Montserrat Caellas, ya se prestaban a participar más, como cuándo suben al escenario en el vermú de Sant Pere a cantar la canción de los Niños. A ver, es un tema de confianza, si fuéramos con mala leche, sería mucho más difícil que nos siguieran el juego.

Pero también se ha tenido que picar piedra. Los primeros años del Baile de Sant Miquel, nos costó que los políticos nos hicieran caso, ya que ni venían a vernos. Hemos conseguido llegar a un punto en que podemos hacer subir al alcalde o los concejales en el escenario, e incluso, les gusta participar en el juego.

—Qué futuro veis por el Baile de Sant Miquel ahora que dejáis la primera línea?

—Creo que el futuro del baile implica reordenarlo, y dotarlo de autonomía o incluso de independencia, del Baile de Diablos. Porque que estén tan vinculados crea confusión. El Baile de Diablos de Reus sigue al modelo del Baix Camp, que es un modelo sin parlamentos, y el Baile de Sant Miquel es una cosa totalmente aparte. El conflicto se genera porque los parlamentos los hacemos como diablos y eso lo complica. Todo el mundo sabe qué es el Dragón de Reus, y saben que es del Baile de Diablos, pero están diferenciados. Quizás haría falta replantearlo, y crear unos trajes especiales para el Baile de Sant Miquel que lo diferencien de los trajes con motivos cosidos que caracterizan el Baile de Diablos de Reus.

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