Diari Més

Salud

Muere la paciente de 83 años a quien el Sant Joan tardó 5 días en operar el fémur

La familia vincula la defunción, producida después de múltiples complicaciones, con «haberla intervenido tarde y no estar pendientes»

Una imagen de archivo de las instalaciones del equipamiento reusense.

El cierre de cuentas del Sant Joan vierte dudas sobre el futuroOlívia Molet

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La mujer de 83 años que tuvo que esperar cinco días en el Hospital Sant Joan de Reus para ser operada del fémur roto en una caída ha muerto la madrugada de este jueves al viernes. La familia vincula la defunción con la demora en la cirugía y especialmente con lo que interpreta como «falta de atención» en las 30 horas posteriores a la intervención, que se produjo finalmente el 15 de agosto y durante la cual también «nos explicaron que habían surgido complicaciones». Los parientes estudian la viabilidad de denunciar el centro porque, según su valoración, a la paciente «la operaron tarde y no estuvieron pendientes de la recuperación en unas horas cruciales y definitivas».

La fractura ósea venía acompañada, siempre según el relato de los familiares, por una hemorragia interna en la pierna que también le fue detectada en la primera observación en el Sant Joan y por la cual «recibió dos bolsas de sangre antes de operarse y dos en el quirófano». La mujer «fue trasladada al Hospital Joan XXIII» el 17 de agosto y murió seis días después en el STS Ciutat de Reus, cuando «recibía ya curas paliativas». En la documentación relacionada con la muerte, que se produjo en último término por un paro cardiorrespiratorio, figura como «causa fundamental» una «septicemia» y como «causa intermedia» una «vasculopatía necrotizante». La paciente sufría, hasta entonces, únicamente Alzhéimer como patología relevante.

La programación para el verano del Hospital Sant Joan contempla, tal como precisaron fuentes del mismo centro en su momento, el cierre, en agosto, de cuatro de siete quirófanos disponibles. También el cierre de una de las unidades quirúrgicas del equipamiento, que varía cada año mediante un sistema de rotación y que este 2018 se centra en la de traumatología. No es la política del Sant Joan pronunciarse sobre casos particulares.

La familia de la mujer ya había hecho pública, a través del Diari Més, una espera de cinco días para intervenirse. El yerno de ella, Juan Carlos Martínez, explica que al día siguiente de pasar por quirófano para resolver la fractura en el fémur, a la paciente, Tecla Carles, los médicos vinieron a visitarla por la mañana y «nos dijeron que tenía problemas de circulación pero que estuviéramos tranquilos. Le pusieron un apósito y nos comentaron que la tratarían con aspirina». Unas horas más tarde, sin embargo, «hacia las cuatro o las cinco de la tarde», la mujer presentaba palidez en la extremidad. «Le vimos la pierna totalmente blanca y avisamos a la enfermera, que nos dijo que llamaría al médico. Ellos hablaron por teléfono y la enfermera nos dijo que estaba todo controlado», explica Martínez, que asegura que «aunque insistimos, el médico no pasó hasta las nueve de la noche». Más tarde, en esta última valoración del día, «el doctor nos dijo que le hiciéramos masajes y que le pondrían bolsas de agua».

Por la mañana siguiente, el 17 de agosto, a primera hora «tuvieron que trasladarla hacia el Hospital Joan XXIII, en ambulancia, porque en Reus no tenían las atenciones vasculares que en aquel momento necesitaba», relata el yerno de la mujer. Al llegar a Tarragona, «nos recibieron tres especialistas que nos dijeron que no entendían cómo la paciente podía llegar en aquel estado, y que todo era cuestión de horas». Mientras se preparaba un quirófano para intervenirla de nuevo «para amputarle la pierna, que era la única solución», a la mujer se le realizaron diferentes pruebas. La placa que se le había colocado para sostener el hueso complicaba la intervención pero no la descartaba. Con todo, la situación de ella empeoró y, una vez la familia estuvo reunida en el Joan XXIII, «nos dijeron que sólo había dos opciones: operarla y que viviera los últimos días en la recuperación o aplicarle curas paliativas».

Ocho días más tarde

A esta situación se sumó, siempre según el relato de Martínez, el hecho que «entonces no había plaza en el sociosanitario Francolí y pasamos los siguientes cuatro días en un box de urgencias». Finalmente, sin embargo, la mujer tuvo cama en la residencia STS Ciutat de Reus, donde durante la madrugada de este jueves al viernes, el 23 de agosto, moría por un paro cardiorrespiratorio. La familia está estudiando ahora la viabilidad de presentar una denuncia contra el Hospital Sant Joan de Reus al considerar que la atención que la mujer recibió ha tenido que ver con su defunción y que, de otra manera, «con pierna o sin, ahora podría seguir viva».

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