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Reus evita que 1.000 toneladas de alimentos aptos para consumir acaben en la basura

El Programa de Gestión Alimenticia supera los 1.070.000 kilos de productos fuera del circuito comercial y reaprovechados en 6 años

Una imagen de archivo de uno de los pasos de la cadena del Programa.

Reus evita que 1.000 toneladas de alimentos aptos para consumir acaben en la basuraOlívia Molet

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El Programa de Gestión Alimenticia, que recupera alimentos frescos para las personas con escasos recursos económicos en Reus, ha superado recientemente el umbral de los 1.000.000 kilos de comer retirado del circuito comercial y apto para el consumo humano que ha sido aprovechado y que, fuera de este sistema, habría ido a parar directamente a la basura. En concreto, con cifras al cierre de este mayo, son 1.071,21 toneladas de productos rescatados a lo largo de 69 meses. La iniciativa, que se puso en marcha en el 2012 y este agosto alcanzará los primeros 6 años en marcha, ha representado un ahorro económico de 1,12 millones de euros –el precio que habrían tenido en el mercado estos alimentos en su conjunto– y habrá abastecido centenares de familias. También ha frenado el gasto de 197.360 euros en recogida de residuos.

Una docena de supermercados y comercios, junto con PortAventura y el Mercat del Camp –hay implicadas casi 20 paradas–, y también empresas de catering y escuelas, ceden actualmente sus excedentes al programa, liderado por Bienestar Social del Ayuntamiento en estrecho vínculo con la Fundació Banc d'Aliments, el Taller Baix Camp, la Agencia de Salud Pública y Càritas. Los productos llegan a los hogares a través de la Xarxa de distribución de alimentos y también se entregan a los dos comedores que gestiona Càritas tanto con comidas presenciales como a través de fiambreras.

La Xarxa, integrada por 7 entidades y 14 puntos, empezó ofreciendo únicamente comida seca y dispensa ahora también alimentos frescos: en torno a un 37% del acumulado es verdura, un 20% se corresponde con cárnicos, un 14% es fruta, un 8% lácteos, un 3% panadería y un 2% huevos. El pienso para animales –no se ha recibido en los últimos dos años– representa un 9%. Con respecto al listado de proveedores, el Mercat del Camp y Can Vicenç son dos de los principales, aunque Mercadona tiene igualmente un papel muy relevante en la segunda línea de recuperación de alimentos.

Nueva cámara frigorífica

A principios de junio, el Ayuntamiento realizó una aportación extraordinaria de 19.237,50 euros al Programa de Gestión Alimenticia para la compra de una cámara frigorífica de congelación, con un valor de 17.908 euros, y de un sistema de grabación de temperatura constante, que tiene un coste de 1.329,50 euros. «El Taller Baix Camp recibe más cantidad de alimentos y necesita ampliar el espacio en que hace los trata, con el fin de mantener una calidad óptima de la comida que reciben las personas beneficiarias», valoraba en aquel momento la concejala de Bienestar, Montserrat Vilella.

La cifra económica que se ha reservado para el programa en el 2018, con esta suma añadida, asciende hasta los 79.737,50 euros, según los últimos datos facilitados desde Bienestar. El año pasado se entregaron unos 12.500 euros extras, que fueron destinados a la compra de alimentos ricos en proteínas con el objetivo de ofrecer una dieta más equilibrada a las personas usuarias del Programa. Ahora, el objetivo era equipar el Taller Baix Camp con una nueva zona de refrigeración con el fin de mejorar el proceso de tratamiento de los alimentos y poder hacer frente al aumento de las donaciones y al hecho de que a menudo son imprevisibles.

CO2 y huella ecológica

El mantenimiento del Programa de Gestión Alimenticia también genera ahorros en otros ámbitos. Por ejemplo, el de las emisiones de gases, donde se han dejado de registrar 1.553 toneladas de CO2. O el de la huella ecológica, que evita el uso de unas 953 hectáreas de terreno en estos seis años.

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