Un espacio donde las necesidades especiales y la vulnerabilidad no son ningún impedimento

Este verano casi 280 niños de la ciudad que presentan necesidades especiales o con familias en situación de vulnerabilidad social podrán disfrutar del ocio gracias a los centros de verano. Las concejalías de Bienestar Social y Ensenyament trabajan conjuntamente con el fin de ofrecer este servicio en varios centros. En concreto, se realiza el Centre d'Estiu Adaptat, que organiza la escuela Alba de educación especial; y el Casal Adaptat Gaudí, a cargo de la Associació Aspercamp.

Además de estos dos campus más especializados, se reservan un total de 25 plazas para niños con necesidades educativas especiales, los cuales participan en casales organizados por centros de recreo o agrupamientos escucha y que cuentan con un monitor de apoyo. También se lleva a cabo el programa Conviu l'Estiu, que ofrece 150 plazas en un gran número de actividades lúdicas. Todos estos casales se desarrollan, principalmente, durante los meses de julio y principios de agosto.

El Colegio General Prim acoge el Centre d'Estiu Adaptat, organizado por la escuela Alba. Este cuenta con 40 niños escolarizados en centros o unidades de educación especial de Reus y niños de necesidades educativas especiales residentes en Reus y sus hermanos. Una veintena de monitores -cada uno cuida de dos niños- hacen posible que este niños y niñas puedan disfrutar del verano, realizando actividades de todo tipo.

Los asistentes no sólo juegan, hacen deporte, terapia o talleres en el centro educativo. Saúl Núñez, director del casal, expone que también se realizan varias actividades fuera del colegio. «Cuando vamos a la piscina ves que los niños disfrutan mucho, es un cambio con lo que hacen cuando están en la escuela», detalla.

Juegos del Mediterráneo

El General Prim se convierte, durante los días del casal, en sede de los Juegos del Mediterráneo. El centro de interés, el hilo narriatiu entorno el cual se conciben las actividades, está dedicado a esta cita: «El objetivo es hacer las actividades las más deportivas posibles y mucho dinámicas; estos niños están acostumbrados a manualidades y otras ideas más quietas», detalla Núñez.

Así y todo, se realizan otras actividades que les permiten tener un trato más próximo y personal, como puede ser la musicoterapia o la terapia con perros. «Conseguimos que todos estén atentos y tranquilos, es increíble porque con el resto de juegos es imposible», asegura el director del Casal Adaptat.

Los monitores que trabajan con la escuela Alba están formados y tienen experiencia con niños que presentan algún tipo de discapacidad.