La mezquita recibe a 2.500 fieles y prepara 80 cenas solidarias al día por el Ramadán

Cerca de 2.500 personas acudirán cada noche, desde ayer y durante 30 días, en la mezquita As-sunnah para participar en las oraciones nocturnas que tienen lugar. Con el inicio del Ramadán, el centro ubicado en el polígono Granja Vila pone en marcha el mecanismo para que todo el mundo, disponga o no de recursos, pueda tomar parte en eliftar, el acto de ruptura del ayuno que acompaña, durante todo el mes lunar, las horas de luz para los musulmanes que practican este pilar del Islam. La mezquita pone mesas en la parte exterior de la nave, dentro del recinto, para 80 comensales. Se sentarán al ponerse el sol, explica Mohamed Said Badaoui, «entre 70 y 80 personas». Son las que «generalmente están solas y tienen alguna necesidad». Para ellos, añade al portavoz de la Associació dels Musulmans de Reus i Comarca, que gestiona la comunidad, «la situación puede resultar un poco más complicada: cuando se trata de familias, si los ingresos no entran por una fuente pueden venir de otra, pero los que no tienen nadie lo tienen que afrontar todo de diferente manera».

El menú que se sirve lo integran una sopa tradicional que se llamaharira, dátiles, dulces típicos llamadoschebakia, leche, zumo y fruta. Se añaden «las aportaciones que hace cada uno, si quiere, para dedicarlas a la cena y que pueden ser crepes o pasteles hechos en casa, por ejemplo». Un plato de carne o bien de pollo completa la cena, especialmente abundante al tratarse de la única comida que el colectivo tomará hasta que se vuelva a poner el sol. La cita es importante «no tan sólo por el hecho de comer», precisa Mohamend Said Badaui, «sino porque ayuda a socializarse y crea un contexto de reunión para hablar, estar un rato y encontrarse acompañado que es también reconfortante».

Cena, dátiles, dulces fruta o carne

Para las familias, la mezquita As-sunnah prepara cestas con alimentos que se entregan semanalmente. Se hacen para entregarlas «entre 40 y 50» cada vez. Los productos «les dan a las personas bien directamente o bien a través de aportaciones económicas». A veces, incluso, «pueden ir a comprar en un comercio, dejan hecho y pagado el encargo y cuando hay alguna familia que lo necesita la enviamos directamente a la tienda a buscarlos». En las cestas hay leche, huevos, dátiles, salsas o fideos, «cosas que sirven para elaborar y cocinar platos similares a los que servimos en la misma mezquita», concluye el portavoz de la Associació dels Musulmans de Reus i Comarca. Sirven «para alimentar los miembros de la familia durante la semana, hasta que pueden volver a recoger nuevamente otra cesta si la necesitan».

Ancianos, niños, embarazadas, viajeros o las personas enfermas, entre otros, están exentos del ayuno. Este 2018, el Ramadán ha coincidido con un periodo de temperaturas bastante suaves. Cuestión, esta, que «no es determinante pero siempre va bien» porque, «si hace más calor, a lo largo nodriza puede aparecer la sed fácilmente y sentir más necesidad que en los días como los que tenemos ahora». El Ramadán, «también sirve para tomar conciencia de la necesidad y ponerse en la piel de quien no siempre tiene un plato».

Como es habitual, y tal como han confirmado fuentes municipales, la calle Tolerància, donde se encuentra la mezquita, estará cortada al tráfico durante el Ramadán para ganar capacidad fuera de la mezquita. En concreto, habrá prohibición de estacionamiento ante el número 14 desde las ocho de la mañana del 15 de mayo y hasta las doce de la noche del 14 de junio, y prohibición de circulación hasta el mismo 14 al mediodía. As-sunnah organiza también el segundo iftar público, que esta vez tendrá lugar el 1 de junio y se hará en la plaza de la Sagrada Familia, en el barrio Gaudí.