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Laboral

La plantilla de Virginias analiza vías para minimizar el impacto del concurso

El administrador ha solicitado al juez poner en venta las plantas de Reus y Lleida, sin recursos para iniciar la campaña del turrón

Las instalaciones de Industrias Rodríguez SA, que fabrica bajo la firma Virginias, en el paseo Sunyer.

La plantilla de Virginias analiza vías para minimizar el impacto del concursoOlívia Molet

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La producción cerrada y pendiente de que ha asegurado durante los primeros meses desde la entrada en concurso de acreedores la continuidad de la plantilla íntegra d'Industrias Rodríguez SA, la fabricante reusense de dulces y turrones bajo la marca Virginias, podría dejar de ser garantía a partir de abril. El administrador concursal ha solicitado al Juzgado Mercantil número 1 de Tarragona, que conduce el proceso, la puesta en venta de la unidad productiva de la empresa: las factorías de Reus y Pardinyes (Lleida), que suman 130 trabajadores. En este punto, Virginias no dispone de recursos para hacer frente a la compra de la materia prima y poner en marcha la campaña del turrón, que tendría que ponerse en marcha el mes de mayo, implicaba cada año contrataciones y que, salvo cambios de última hora, no se activará.

A pesar de seguir lanzando nuevos productos en el mercado, la firma también ha retirado en los últimos meses una cantidad sensible de referencias y hace tres años acordó con el personal un recorte de sueldo. Fuentes del Comité de Empresa detallan que estudian fórmulas para salir de esta tesitura y limitar las consecuencias que se puedan desprender del concurso. Afrontan con cierta «preocupación» el futuro inmediato de la empresa y analizan «diferentes vías» para esquivar el cierre de las fábricas y el paro.

Si el juez da el «sí» a la solicitud de puesta a la venta de la unidad productiva de Industrias Rodríguez SA, se abrirá un plazo relativamente breve por analizar las ofertas de posibles inversores. Las mismas fuentes precisan, que, desde que trascendiera la situación concursal de Virginias, sí que hay constancia de intereses pero no todavía de ninguna propuesta en firme. En su momento, la empresa hizo pública la voluntad de buscar la viabilidad y preservar el máximo de trabajadores en su lugar de trabajo.

Una premisa, esta, que tiene que tener en cuenta también al mismo administrador concursal y que mantiene en la plantilla «la esperanza que todo pueda acabar bien de alguna forma» aunque «es complicado». El Comité de Empresa ha optado por personarse al concurso de acreedores por dos vías con la finalidad de acceder al detalle de los movimientos referentes a Virginias y ganar así capacidad de reacción. El colectivo está revisando las alternativas de que dispondría para dar un paso adelante en el contexto presente.

Asamblea y alternativas

Por eso, después de haber sido notificados de la solicitud del administrador concursal al juzgado, el pasado viernes los trabajadores de la planta de Reus celebraron una asamblea para poner encima de la mesa el estado de la cuestión y los diferentes puntos de vista. El peor de los escenarios, que ningún interés en la compra de las fábricas de Reus y Pardinyes se acabara formalizando y el avance del proceso desembocara en la desaparición de Virginias. En caso de que un inversor apostara por quedarse la empresa, tampoco estaría garantizado, como mínimo de entrada, que mantuviera a todos los trabajadores.

La delicada realidad económica ha puesto a Industrias Rodríguez S. A. en la obligación de pagar por adelantado las materias primas que son necesarias para la elaboración de los turrones. La condición, que no se había dado antes, traba la campaña de Navidad, que se queda sin margen para empezar a tiempo la producción y únicamente podrá sacar adelante si se consumara una compra fugaz de la empresa que inyectara recursos.

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