Diari Més

La intensa lluvia apaga la carretillada y el piromusical de Misericòrdia

Unos 170 diablos incendian el paseo con 6.000 surtidores y carretillas pero tienen que buscar nueva fecha para culminar la Fiesta Mayor

El Ball de Diables de Reus pudo realizar la bajada antes de que el agua detuviera el resto de actos previstos en esta noche intensa.

La intensa lluvia apaga la carretillada y el piromusical de MisericordiaOlívia Molet

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Con un ojo en el cielo y el otro en el Santuario de Misericòrdia, reusenses se hacían ayer con las calles para disfrutar del día de su patrona. La lluvia, prevista y que empezó a caer con fuerza a última hora de la tarde, no mojó lo suficiente como para parar la bajada de los Diables de Reus, uno de los actos más esperados a lo largo del año por el grupo y que desplegaba hasta 170 de los suyos entre grandes, pequeños, tamborileros y particulares paseo abajo con cerca de 6.000 surtidores y carretillas. Las otras 500 que tenían que encender una vez en la plaza, sin embargo, tendrán que quemar otro día.

A las nueve de la noche, en medio de un chubasco que complicaba las condiciones de seguridad y con protagonistas y público bien empapados, el cap de colla del Ball de Diables, Roger de la Cruz, anunciaba la triste noticia del aplazamiento de la carretillada de Misericordia. Desde el Instituto Reus Cultura confirmaban, en el mismo Santuario y en un acuerdo tomado sobre la marcha que la cita, tendrá lugar con toda probabilidad en una nueva fecha, próxima pero todavía para fijar. La plaza había aguantado completamente llena durante toda la noche, tal como se mantuvo fino un rato después.

Una parte quema por seguridad

Pendiente quedó ayer, igualmente, el fuego de la Víbria y el Drac, que no tuvieron ocasión de lucir como habrían querido después del baile solemne corto del Àliga, también condicionados por el agua. Y el encendido de la fachada del Santuario con la muestra piromusical, que esta vez iba a cargo de Pirotecnia Igual, de Canyelles. Una parte de esta, con todo, tuvo que dispararse «porque por seguridad no se podía devolver al proveedor», tal como informaban desde Reus Cultura pocos minutos después de lanzarla.

El cielo nublado y la oscuridad que caía sobre la ciudad dejaron, eso sí, una espectacular imagen de la bajada de los Diables derramando luz y chispas a su paso. Y toda la ilusión del grupo y sus miembros, que mantuvieron la programación hasta que no hubo ninguna otra salida. En el 2016, una tormenta con descarga de agua también había obligado, para Misericòrdia, a posponer el pasacalle del Seguici Petit, que tuvo lugar el 30 de septiembre ya en las postrimerías de la Fiesta Mayor pequeña.

El baile especial del Àliga

De hecho, la entrada del Àliga –la única bestia del Séquito Festivo que puede acceder– en el Santuario fue uno de los momentos más emotivos de la jornada, de nuevo con el acompañamiento musical de la Cobla Reus Jove. El baile, como todo ayer, escondía una sorpresa. Bajo el Àliga se colocó uno de los portadores más jóvenes del grupo y recientemente incorporado, que se llevó una ovación intensa por parte de los afortunados que se habían hecho sitio en los bancos de la ermita para no perderse la escena. Antes, los Xiquets de Reus habían podido completar su actuación, como también el Séquito realizar el pertinente baile.

El Ball de Diables de Reus pudo realizar la bajada antes de que el agua detuviera el resto de actos previstos en esta noche intensa.

La intensa lluvia apaga la carretillada y el piromusical de MisericordiaOlívia Molet

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