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Infraestructuras

Territori finalizará este otoño el proyecto del apeadero de Bellissens

Generalidad y Ayuntamiento trabajan en «los últimos detalles» del plan, que tenía que estar terminado el primer semestre de este 2017

El aspecto que tendría el apeadero, tal como se dibujó en el 2015 en el estudio que ponía las bases.

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El proyecto que tendría que guiar la materialización del reivindicado apeadero de Bellissens quedará terminado, tal como concretan fuentes del Departamento de Territori, en otoño. La redacción de la documentación, una labor que Infraestructures adjudicó en septiembre del 2016 y que tenía prevista la finalización durante el primer semestre de este 2017, se encuentra todavía en marcha, atraviesa una fase «adelantada» y se centra ahora en «el cierre de algunos de los últimos detalles pendientes con el Ayuntamiento». Fuentes municipales consultadas por el Diari Més confirman el trabajo conjunto con la Generalitat como aparte del «proceso técnico interno de elaboración del proyecto», del cual no ha previsto suscitar ningún detalle más hasta la celebración de una presentación pública.

Aunque, en algún momento, Territori había hecho referencia a desarrollos encadenados del estudio informativo y del proyecto constructivo, uno primero y después el otro, el plazo que fija la conclusión de los trabajos para este otoño los engloba los dos dentro del concepto de proyecto de la «nueva estación Reus-Bellissens». Su culminación abrirá un nuevo escenario, el del trasladado de la documentación al Ministerio de Fomento y a Adif, con quien se tendrá que negociar la construcción de la infraestructura. Antes de consumar este paso, sin embargo, muy probablemente el plan se tenga que someter a un periodo de exposición pública que admitiría alegaciones.

El futuro apeadero de Bellissens requerirá una inversión global de cerca de 15 millones de euros –siete de destinados a la vertiente puramente ferroviaria y siete más que irán a parar al edificio del apeadero propiamente dicho–, ofrecerá servicio a aproximadamente 3.000 pasajeros, estará ubicado a unos cuatro kilómetros de las estaciones de Reus y de Vila-seca –de las líneas RT1, R14 y R15– y hará aumentar un 100% a los usuarios del tren en la zona. La existencia de apeadero y estación de trenes permitirá entonces abrazar homogéneamente todo el núcleo urbano: el primero podría cubrir cerca de 45.000 habitantes y la segunda un total de 62.000. Los datos se desprenden del estudio inicial que presentó en marzo del 2015 el secretario de Infraestructuras y Movilidad, Ricard Font, acompañado del alcalde de Reus, Carles Pellicer, y que concluía que «es viable» la construcción de un apeadero en el corredor ferroviario actual a la altura del campus Bellissens de la Universitat Rovira i Virgili, a través de la modificación de la rasante de vías.

Un nuevo nodo intermodal

El apeadero de Bellissens quedará encajado, si se acaba consumando tal como estaba dibujado de entrada, dentro de un área donde «los planos urbanísticos avistan un escenario de futuro de nueva centralidad urbana» y será concebido como «zona de intercambio de los usuarios de diferentes modos de transporte» y «nuevo nodo intermodal» de la ciudad. El estudio preliminar precisaba la voluntad de la Generalitat de dar lugar a una «plaza intermodal» en la glorieta de la avenida Josep Pla, donde pudieran confluir usuarios de tren, bus y ciclistas gracias a la «reserva de espacios para sistemas complementarios de movilidad: autobuses urbanos e interurbanos, taxis, vehículos eléctricos y otros sistemas sostenibles». En este sentido, la Mesa del Apeadero se reactivó, después de meses paro, a finales del pasado 2016 con un objetivo muy claro: velar para que los Presupuestos Generales del Estado del 2018 contemplen una asignación para hacer realidad el equipamiento.

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