Diari Més

El Ayuntamiento requiere cerrar un peligroso local abandonado, sin éxito

Los bajos del número 73 de Jaume I eran usados por un sin techo como hogar, donde acumulaba textiles y objetos hasta que se incendió hace 3 meses

Fina Martínez resident al bloc del costat.

El Ayuntamiento requiere cerrar un peligroso local abandonado, sin éxitoJoan Antoni Torreblanca

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En el barrio era vox pópuli, todo el mundo sabía que en el local del número 73 de la Avinguda Jaume I residía un sin techo con problemas mentales al cual se le sumaban otros desamparados de vez en cuando. El edificio fue construido en los albores de la crisis y nunca se ha llegado a finalizar. El hombre había ido acumulando, en este espacio de 280 metros cuadrados, una ingente cantidad de ropa, además de algunos muebles. Hacía sus necesidades en un rincón alejado de los vidrieros y dormía en lo que tenía que ser el futuro baño del local.

Este último 11 de abril se prendió fuego de madrugada –no fue gran cosa, dos dotaciones lo pudieron apagar en 20 minutos–, lo que llevó a la Guardia Urbana a precintar el espacio. A pocos les sorprendió el incendio, vista la enorme cantidad de desperdicios que se acumulaban y que todavía ahora se mantienen intactas en su interior. Cualquier peatón puede observar los cantos rodados de obra y el material de construcción que, desde antes de la ocupación estaban en el local, compartiendo desorden con todo tipo de utensilios y muebles, latas de cerveza, botellas rotas, cristales esparcidos, papel higiénico usado, excrementos humanos, un sofá y hasta tres colchones. De hecho desde el mismo Ayuntamiento de Reus ya se lo veían a venir unos meses antes del suceso. En el 2016 se realizó un requerimiento al propietario del edificio para que adoptara medidas de seguridad, pero no sirvió de nada, ya que el destinatario de la notificación era una empresa en concurso de acreedores.

El banco propietario no ha hecho nada

Después del incendio, el edificio al completo ha cambiado de manos, ha sido una entidad bancaria la que se lo ha quedado, pero sin mover un solo dedo para poner fin a este foco de insalubridad en pleno centro de Reus. El consistorio remitió nuevamente, este último martes 4 de julio, un requerimiento al banco responsable para que tapiara los accesos al local y garantizara las condiciones de seguridad de toda la finca ya que, aparte de los problemas con los sin techo, la fachada de la planta baja está sufriendo una pérdida de las láminas de piedra, algunas situadas a una altura de tres metros, lo que también pone en riesgo la integridad física de los peatones.

El Ayuntamiento no descarta ahora, actuar de forma subsidiaria si el banco responsable continúa impasible. Se haría cargo de arreglar el inmueble y lo cobraría en la propiedad.

Sea como sea, ayer se cumplían tres meses del incendio, cómo salta a la vista nada ha cambiado, y la paciencia de los vecinos empieza a agotarse. «Se tiene que tener en cuenta que muchos de los turistas que vienen a Reus, por ejemplo los de Salou, bajan a la estación de autobuses y pasan por esta calle para ir al casco antiguo. Es una vergüenza que tengan que ver eso», apuntaba ayer a Pedro Hernández. «¿Qué imagen estamos dando? Tanto que presumen de ciudad, creo que en el Ayuntamiento ya podrían preocuparse por solucionar estas cosas», añadió. El hombre no entiende, de la misma forma que la vecina del bloque anexo, Fina Martínez, como es posible que en 90 días nadie haya actuado. La residente reclama directamente la presencia de técnicos del área de Salud Pública del Ayuntamiento a fin de que evalúen la situación y determinen una pronta actuación. Además, los vecinos reclaman que se sitúen vallas inmediatamente para evitar el paso de niños pequeños que puedan estar jugando.

Los vecinos apuntan que las naves abandonadas de la isla también son residencia de sin techo

La isla que dibuja la confluencia de las calles Jaume I, Pere el Cerimoniós, ronda de Subirà y Josep Maria Prous es una zona de residencia habitual para ocupas y ciudadanos sin techo. Vecinos y operarios municipales de limpieza aseguran a este diario que son diversas las personas que duermen habitualmente en alguna de las naves abandonadas o en desuso que en otra época acogieron talleres mecánicos. Ven a los ocupas salir y entrar con bastante frecuencia. De hecho, una vecina del número 22 de la ronda de Subirà indica que en su escalera lo viven con cierta preocupación, ya que en algunas ocasiones les llega olor a quemado en casa. No se trata más que de pequeñas hogueras que realizan los indigentes, pero los residentes se ponen en alerta, ya que, una de las naves próximas a sus casas, concretamente la situada en el número 34 A de la calle Josep Maria Prous i Vila, sufrió un considerable incendio, tiempo atrás, que dejó totalmente calcinados los muebles que había en su interior. De hecho desde la acera y a simple vista, se puede observar cómo la gran puerta presenta alguna de sus partes quemadas y todavía queda un pequeño trozo de la cinta policial que cerraba el paso. En la nave del número 37 de la avenida Pere el Cerimoniós, en una antigua tienda de venta, instalación y reparación persianas, se puede apreciar desde el exterior, sin ningún tipo de impedimento, lo que se ha convertido en un hogar. Tienen ollas, cazuelas, bombonas de butano, pequeños tanques de agua, gel de baño, detergente para la ropa, comida para perro, varias sillas y un sofá, entre otros. Además, guardan un carro de supermercado, que como se puede apreciar en la imagen, tiene en su interior cableado y pequeña chatarra. Al lado almacenan restos de estructuras metálicas de mayores dimensiones.

Imatge de l'interior del local.

El Ayuntamiento requiere cerrar un peligroso local abandonado, sin éxitoJoan Antoni Torreblanca

Imatge de l'interior del local.

El Ayuntamiento requiere cerrar un peligroso local abandonado, sin éxitoJoan Antoni Torreblanca

Imatge de la improvisada residencia al 37 de Pere el Cerimoniós.

El Ayuntamiento requiere cerrar un peligroso local abandonado, sin éxitoJoan Antoni Torreblanca

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