Diari Més

El Colegio Padre Manyanet destina los menús que sobran al comedor social

Es el tercer centro que se incorpora a la Gestión Alimenticia para ceder las comidas que los escolares no consumirán a los que no tienen

Una imagen de archivo de un operario de la red, con fiambreras.

El Colegio Padre Manyanet destina los menús que sobran al comedor socialOlívia Molet

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El Colegio Pare Manyanet se ha incorporado, tal como ya lo hicieron al principio del año 2015 las escuelas Montsant y Puigcerver, al Programa de Gestión Alimenticia Responsable que impulsa Reus y cederán, así, tanto los menús de prueba –denominados menús testigo– como los que no haya habido que servir a los alumnos durante el comedor para la segunda línea de recuperación de alimentos. La adhesión al protocolo propiciará que, en lugar de perderse, las comidas puedan servirse en los dos comedores sociales con que cuenta la ciudad, el de la calle Sant Francesc Bartrina –donde hay cocina propia y se elaboran las recetas– en el centro y lo que se encuentra localizado en el barrio Sant Josep Obrer.

A los dos puntos se ofrecen dos modalidades de menús: los presenciales y los que son para llevarse. Es decir, hay personas que van a comer a los comedores y hay que van cada día a recoger los menús que comen a su casa. Las trabajadoras sociales de Càritas y de Servicios Sociales del Ayuntamiento determinan qué personas o familias necesitan el servicio. Aparte de las tres escuelas, también empresas vinculadas al sector o caterings ceden comer guisado al proyecto. En el caso de los centros de enseñanza, sin embargo, y tal como apunta a la concejala de Bienestar Social, Montserrat Vilella, detrás de todo queda también «un aprendizaje que hace ver a los niños el valor de la comida y de poder aprovecharlo. Para nosotros es importante porque eso tiene un impacto en toda la escuela y que puede quedar para la vida».

Tres nuevos supermercados

Aparte de las escuelas que llevan a cabo la colaboración a través de los comedores, el Programa de Gestión Alimenticia Responsable cuenta también con las aportaciones de productos de diferentes establecimientos y supermercados. En el 2016, se han añadido tres más, dos nuevos y uno que había estado y se dio de baja.

En general, el proyecto vivió un incremento del 6,6% en el total de los alimentos recuperados, mientras que en concreto la segunda línea –con comida fresca y también guisado, y donde ponen su granito de arena los centros escolares– se disparó por encima de un 70% y llegó a recoger 16.796 kilos. En primera línea, la cifra cayó un 2,8% porque se entregaron menos que el año anterior. En datos globales, el Programa de Recuperación de Alimento Frescos evitó que se perdieran 199.583 kilos de comida en buenas condiciones, según datos de la Memoria de Servicios Sociales de Reus 2016. La Red de Alimentos cuenta con más de 6.200 personas beneficiarias y está coordinada a través del Plan Local de Inclusión Social del municipio.

Unas 30.800 comidas

Los comedores sociales ayudaron en el 2016 hasta 465 personas y sirvieron 30.843 comidas. Más de la mitad de estos cerca del 58%, se dieron ya en formato fiambrera. Con todo, los comedores entregaron casi 6.000 comidas menos que en el 2015. Los posibles motivos son el descenso de derivaciones de personas y de derivaciones de familias con niños en riesgo de vulnerabilidad que tienen beca de comedor escolar y no han tenido que recurrir a este servicio.

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