Diari Més

El plan urbanístico del Palace se aprueba y posibilita la conversión en residencia

El documento cierra sin alegaciones la exposición pública, el paso previo para solicitar la licencia de obra

Colas este fin de semana en el Cine Reus Palace, en la calle de Batan, donde se instalará el nueve geriátrico.

El plan urbanístico del Palace se aprueba y posibilita la conversión en residenciaOlívia Molet

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El plan urbanístico especial que es necesario para consumar la transformación del Cine Reus Palace en una residencia para la tercera edad quedó definitivamente aprobado ayer, tal como confirman fuentes municipales, al completar los 30 días de exposición pública sin haber recibido ninguna alegación. El trámite oficializa ahora la luz verde que ya había dado inicialmente la Junta de Gobierno, en reunión del pasado 10 de febrero, a las obras de demolición de las salas de proyecciones y el levantamiento del nuevo equipamiento en la calle de Batan, aunque la constructora barcelonesa Cielo Urbano SL, encargada del proyecto, dispone de un amplio margen de tres años para materializarlo. La previsión, con todo, es que las obras empiecen entre los meses de mayo y junio, después de que, a finales de esta misma semana, el Palace haya bajado definitivamente la persiana. El pasado fin de semana las salas dejaron de proyectar estrenos y repetían la cartelera de siete días atrás.

En el próximo plenario ha previsto que se dé cuenta de la aprobación del plan, el último paso burocrático. Éste posibilita la solicitud de la licencia de obras y de actividad, según confirman las mismas fuentes, para iniciar la remodelación de esta zona. Los trabajos que borren del mapa de la ciudad el Cine Reus Palace se ejecutarán en una única etapa, tal como detalla el mismo plan urbanístico para el cambio de usos de la parcela. El documento deja fuera de la parte del edificio que toca en la calle de Sant Francesc de Paula, que pasará a ser un espacio verde y abierta para los abuelos de la residencia. En el resto de los terrenos, con una superficie de casi 2.000 metros cuadrados, se les ha asignado carácter sanitario-asistencial a fin de que puedan acoger el centro de personas mayores que gestionarán muy probablemente el Grupo Ballesol, quien cuenta con una cincuentena de centros en el Estado. La propuesta de que se recoge en el plan prevé destinar la planta baja del futuro equipamiento a «usos comunes y de servicios», mientras que en las plantas piso se desplegarían las habitaciones de los residentes y el sótano quedaría reservado para aparcamiento –hay proyectada una plaza por cada seis camas– u otros servicios que acaben de completar las prestaciones para los usuarios.

El espacio que quede al tercer lado del triángulo que conforman la calle de Batán y el de la Riera de Miró, en Sant Francesc de Paula, se convertirá en una zona ajardinada que «mejore las propiedades de ventilación, vistas y soleamiento» actuales. La documentación plantea la necesidad de que todas las plantas se comuniquen horizontalmente, sin obstáculos, para el correcto funcionamiento de la residencia asistida, que se concibe como «accesible y céntrica» y que «facilita a los residentes mantener el contacto con el entorno».

Un total de 4.600 metros

El plan especial urbanístico que está firmado por GRAM Arquitectura i Urbanisme, no detalla el coste final de la transformación, el cual se establecerá en el proyecto constructivo del centro de la tercera edad, pero sí que concreta que los gastos de la construcción de estos 4.600 metros cuadrados de residencia –la superficie total en las diferentes plantas– están valorados en más de 5,4 millones de euros. La cifra comprende los trabajos de derribo del Palace, urbanización del patio interior para los usuarios del equipamiento, el importe que se lleva la constructora, impuestos, los honorarios y la dirección de obras, entre otros. Sólo la demolición de las salas de cine está previsto que suponga unos 115.000 euros. Al momento de rubricarse, el pasado 8 de noviembre del 2016 y según figura en el plan, el acuerdo entre la familia Zúñiga, propietaria del inmueble, y la promotora tenía forma de un «contrato de opción de compra». La compleción de los trámites que requiere el cambio de usos de los terrenos tendría que llevar la formalización de la transacción y desembocará, de hecho, en el cierre definitivo de las salas, en pocos días.

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