Diari Més

El hermano de un antifranquista envenenado en Reus en 1973 declara este martes

La querella alude a siete agentes de la Guardia Civil que presuntamente estaban en el cuartel de Reus en el momento de los hechos

Antonio Martos acusa al Estado de silenciar la muerte de su hermano en 1973 en Reus

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Antonio Martos Jiménez declarará este martes ante el Juzgado de Instrucción número 4 de Sabadell por la muerte de su hermano Cipriano, un activista antifranquista muerto en 1973 en haber ingerido unos tragos de ácido sulfúrico durante un interrogatorio de la Guardia Civil en Reus. La declaración tendrá lugar a requerimiento de la jueza argentina María Romilda Servini de Cubría, que instruye la causa para crímenes de genocidio y contra la humanidad cometidos durante el franquismo. Los abogados que asisten solicitaron esta pasada primavera a la jueza Servini que instara a tomar declaración a Antonio Martos en un juzgado español, una petición que la magistrada argentina atendió.

Fuentes próximas al denunciante han señalado que, en su declaración ante un juzgado de la localidad en la cual reside desde que en 1969 emigró con su hermano procedente de Andalucía, Antonio Martos se ratificará en aquello expuesto en la querella, en la cual se alude a siete agentes de la Guardia Civil que presuntamente estaban en el cuartel de Reus cuando Cipriano Martos seguía detenido.

Cipriano Martos Jiménez, nacido en Loja (Granada) en 1942 en el seno de una familia de campesinos casi sin recursos, ingresó en el Partido Comunista de España (marxista-leninista) poco después de llegar a Sabadell. En 1973, el partido lo integró en la célula de Reus, donde fue detenido el 25 de agosto, días después de haber participado en Igualada en un reparto de propaganda del Frente Revolucionario Antifascista y Patriota (FRAP), organización unitaria promovida por el PCE (ml).

Envenenado con líquido corrosivo

Después de dos días de interrogatorios, según se denuncia en la querella, Cipriano Martos fue obligado a beberse el contenido de un frasco con un líquido corrosivo -en su piso, los agentes habían encontrado ácido sulfúrico, uno de los componentes necesarios para fabricar cócteles molotov- y su aparato digestivo quedó abrasado. El mismo 27 de agosto por la noche fue ingresado en el Hospital de Sant Joan de Reus, donde agonizó durante 21 días, bajo vigilancia permanente de la Guardia Civil y sin que las autoridades avisaran a su familia de lo que había pasado. Cipriano Martos murió el 17 de septiembre de 1973 y fue enterrado tres días más tarde en una fosa del cementerio de Reus, sin que la madre y dos hermanos de la víctima -que se habían desplazado con urgencia desde Loja al ser informados de la trágica noticia- fueran autorizados a ver el cuerpo del difunto.

El año 2010, un grupo de familiares de asesinatos y desaparecidos bajo la dictadura franquista presentaron una querella ante los tribunales argentinos, apelando al principio de justicia universal, y la jueza Servini decidió hacerse cargo del proceso. En seis años, ya se han sumado a la iniciativa cerca de 500 denunciantes, entre ellos Antonio Martos, que registró su querella en el 2014.

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