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La Casa Barral tendrá nuevo formato y situará Calafell como epicentro literario de los años 50

El espacio recuperará para el próximo verano el mobiliario original de la vivienda donde residía el editor

El exterior de la Casa Garrafa, en Calafell.

El exterior de la Casa Garrafa, en Calafell.ACN

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La nueva Casa Barral de Calafell será una realidad el verano del 2020. Tres años después de que el Ayuntamiento anunciara la intención de reformular el espacio, finalmente el próximo mes de septiembre el consistorio licitará el proyecto. El objetivo es transformar la antigua casa del editor en un museo que gire sobre la huella literaria que él dejó en el municipio, especialmente en los años 50. «Queremos explicar que por aquí pasaron autores como Gabriel García Márquez gracias a Barral, que convirtió Calafell en el centro de la literatura de aquella época», relata el alcalde Ramon Ferré, quién también destaca que se recuperará el mobiliario original de la casa donde residía el polifacético editor.

Ferré atribuye el retraso del proyecto a la complejidad para definir aquello que tiene que mostrar la nueva Casa Barral. Hasta el 2015, la vivienda había acogido un museo híbrido entre la historia marinera de Calafell y el legado literario del editor. Con todo, desde la apertura del centro de interpretación del Mar en la Confraria de Pescadors, la Casa Barral quedó en punto muerto. Si bien el espacio ha continuado abierto, hasta ahora ha estado pendiente de una reforma que, al fin, empieza a ver la luz.

Durante estos años, el consistorio ha buscado el asesoramiento de expertos, entre los cuales destaca el calafellense Joan Santacana, historiador, catedrático y director del grupo de investigación de Didáctica del Patrimonio de la Universitat de Barcelona. El objetivo, resalta el alcalde, ha sido focalizar el proyecto en el Barral más literario. «Aunque fue muy polifacético, con una carrera como político, escritor y editor, nosotros queremos destacar el papel de Barral en el impulso de jóvenes escritores desconocidos, algunos de los cuales llegaron a ganar premios Nobel», relata al alcalde.

La propuesta que plantea el Ayuntamiento, y a la que tendrá que dar forma la empresa que gane el concurso, se basa en dedicar la planta baja de la Casa Barral a exponer los cuadros que el editor tenía en su vivienda. El mismo espacio, sin embargo, podrá acoger exposiciones temporales de artistas del municipio, ya que la intención del consistorio es cerrar la sala multiusos que hay en las dependencias municipales de Calafell Platja. Todavía en la planta baja del antiguo hogar de los Barral, se convertirá el actual almacén en una pequeña cafetería con entrada desde la calle posterior.

Con respecto al primer piso, es donde realmente el Ayuntamiento quiere museografiar la figura de Carlos Barral para recordar sus años en el municipio y la acogida de los que serían futuros grandes nombres de la literatura íbero-americana. En esta planta se reconstruirá cada estancia con el aspecto original, gracias a la recuperación de muebles que hace años el consistorio almacenó e inventarió. Con el recorrido en el nuevo espacio, el visitante podrá adentrarse en el legado de Barral, que Ramon Ferré define como un «personaje singular de Calafell».

El alcalde recuerda que una de las pasiones de Carlos Barral, y aquello que más lo unió con el pueblo, fue el mar. Durante sus estancias en el municipio, el escritor sacaba a navegar la barca que tenía su padre y también se reunía a menudo con los pescadores. «Captó todo el interés del mundo de los pescadores para transmitirlo en sus libros, con los cuales supo plasmar su jerga marinera», explica Ferré, que asegura que si él no lo hubiera hecho, aquellas palabras y tradiciones se habrían perdido.

Desde que se retiró el museo marinero del interior de la Casa Barral el año 2015, el espacio es de acceso libre. Con las reformas, sin embargo, se recuperará el formato de entrada de pago y habrá una persona de referencia para poder visitar las instalaciones. La licitación que hará al Ayuntamiento el próximo septiembre es de 170.000 euros, e incluye el proyecto de la reforma y su ejecución en un máximo de diez meses.

La entrada en la Casa Barral, en Calafell.

La entrada en la Casa Barral, en Calafell.ACN

Una de las estancias de la Casa Barral, en Calafell, pendiente de museización.

Una de las estancias de la Casa Barral, en Calafell, pendiente de museización.ACN

La cocina de la Casa Barral, pendiente de reforma dentro de la museización de la finca.

La cocina de la Casa Barral, pendiente de reforma dentro de la museización de la finca.ACN

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