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Los familiares de la niña asesinada en Vilanova niegan que hubiera entrado por su propio pie en casa del presunto agresor

Un testigo relata que el acusado le había manifestado predilección por las chicas orientales, hecho que la acusación asocia a la procedencia china de la víctima

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Los padres y los abuelos de la niña de 13 años asesinada el pasado mes de junio en Vilanova i la Geltrú presuntamente en manos de un vecino han negado ante la jueza que la menor hubiera podido entrar por iniciativa propia en casa del supuesto agresor. Los familiares directos de la niña, citados este lunes como testigos, han rebatido así el relato que el acusado hizo ahora hace diez días ante la magistrada, cuando explicó que se encontró la menor dentro de casa y la agredió pensándose que era un ladrón que lo quería atacar. «La posibilidad de que picara o entrara en casa el vecino es prácticamente inexistente», ha remarcado el abogado de la familia, Juan Carlos Zayas. Al mismo tiempo, este lunes ha declarado delante a la jueza una exalumna que el presunto agresor había tenido en un curso de cocina. El hombre ha explicado que el acusado le había manifestado que tenía predilección por las chicas de facciones orientales. La acusación vincula estas afirmaciones al hecho de que la niña muerta era de procedencia china.

Después de más de nueve horas de declaraciones, el abogado de la familia ha relatado como los padres y los abuelos de la menor –tenía que comparecer el hermano pero finalmente se ha suspendido su testimonio- han insistido ante la jueza en negar que la niña hubiera entrado por su propio pie dentro del piso donde apareció muerta la noche del 4 de junio. Los cuatro familiares directos han explicado que la niña estaba en casa los abuelos y bajó las escaleras en dirección al portal porque allí lo esperaba su padre, pero que nunca llegó a salir del edificio.

Si bien el acusado aseguró hace dos semanas que la niña entró en su piso por iniciativa propia al encontrarse la puerta abierta, tanto los padres como los abuelos lo han negado rotundamente. «La niña no tenía ninguna relación con este vecino ni con su familia, ni había estado en su casa ni tenía por costumbre picar a aquella puerta y mucho menos entrar en casa de este o cualquier otro vecino», ha resumido el abogado Juan Carlos Zayas.

Posible destrucción de pruebas

Por otra parte, este jueves también ha sido citado como testigo un vecino del edificio que se cruzó con el acusado pocas horas después de la muerte de la menor, antes de que apareciera el cadáver. Fuentes judiciales han explicado cómo el hombre ha dicho ante la jueza que vio salir el sospechoso con dos bolsas de basura grandes, hecho que lleva la acusación a sospechar que «se estaba deshaciendo de algún objeto relacionado con los hechos que acababa de cometer».

En este sentido, fuentes judiciales no descartan que tirara ropa con posibles restos de semen para evitar rastros de una agresión con motivación sexual. A su vez, la defensa del acusado admite que existe el «riesgo» de que se hayan destruido pruebas pero sostiene que las bolsas contenían ropa que el hombre utilizó para secar el suelo después de haber muerto la niña, «en medio de una situación de nervios y desesperación».

«El relato del testigo encaja con lo que explicó el acusado, cuando dijo que cogió ropa para secar la habitación y salió de casa para ir a tirarlo e ir hasta la comisaría, la cual fue incapaz de encontrar debido en su estado nervioso», ha apuntado al abogado del acusado, Àlex Zaragüeta.

Predilección por la cultura oriental

En otro orden de cosas, este jueves ha declarado un exalumno que el acusado tuvo en un curso de cocina en Sitges. Según los abogados, este testigo ha explicado que tenía una buena relación con el sospechoso del crimen, del cual le había llamado la atención que «tenía cambios de humor muy repentinos». Al mismo tiempo, este hombre también ha apuntado que había observado cómo consumía cerveza a gran cantidad, a la vez que ha añadido como le explicó su predilección por China.

En este sentido, el testigo ha afirmado que el acusado le había manifestado su intención de ir a vivir a este país y casarse con una chica oriental. En la salida de los juzgados, la acusación ha señalado la posibilidad de que este interés por la cultura china esté relacionado con el crimen, ya que la menor era originaria de China. La defensa, sin embargo, lo ha desvinculado de los hechos.

Confusión sobre el estado etílico del acusado

Finalmente, el Juzgado de Instrucción número 8 de Vilanova ha tomado declaración a un agente de la Policía Local que llevó al arrestado hasta la comisaría y a dos técnicos del SEM (Servicio Emergencias Médicas) que lo asistieron en sede policial. El primero, según fuentes judiciales, ha relatado que el acusado explicó que se había encontrado la niña dentro de casa.

Con respecto a los miembros del SEM, sin embargo, los abogados han reproducido su declaración explicando versiones contradictorias. Según el letrado de la familia, los dos técnicos han negado que el acusado mostrara síntomas de haber consumido drogas o alcohol. Por el contrario, el abogado del acusado ha asegurado que los dos testigos han añadido que el hombre tenía «las pupilas dilatadas, la boca pastosa y una actitud muy ausente y decaída». Zaragüeta ha insistido en que los testigos no se han mojado sobre esta cuestión.

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