Diari Més

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Ahora que tenemos el mundo dividido entre derechas y ultraderechas, de gasolina o eléctrico, íberos o imperiales, del Barça o del Splau… llega la tele y ¡Plam! Nos piden que decidamos si Tarragona o Ampurias merecen ser el monumento favorito de Cataluña. ¡Hala, venga! Que si quieres más a papá o a mamá. A ver, señores de TV3, hacer votar a los tarraconenses y los de Emporion es como hacer un referéndum de independencia i que voten con toda la Península: ganará la opción donde viva más gente. Hay una pequeña diferencia entre los dos candidatos: no, no es que Ampurias no tenga una calle dedicada a Pere Martell, es que allí… ¡No vive nadie! Por tanto, si los de Tarragona votaron a Tarraco y los de Ampuiras votaron a Emporion… Ya podemos imaginar quien ganó. Como cuando David Bustamante participaba en Operación Triunfo y los vecinos de San Vicente de la Barquera se gastaban el sueldo en SMS para que ganase el lloricas (no, no es el Llach).

Reconozcamos que en este país no hay consenso para nada. Incluso pensábamos que los del Congreso, que son de Madrid, y los de la Asamblea, que también son de Madrid, se entenderían. Pero, con la pandemia, está visto que el color pesa más que el paisanaje. Os diré la verdad, aunque me gusta Tarraco -porque conozco la historia des de el emperador Joan Miquel I (ya van por la tercera dinastía) a Ricomanus Maximus- creo que Ampurias tiene unos valores que aquí no tenemos. Por ejemplo, no limitan la velocidad a 30 por hora y tampoco tienen que decidir que hacer con la Sabinosa. Además, dicen que allí estuvieron los íberos, los griegos y los romanos. En Tarraco, esperad que cuento con los dedos, tuvimos a los íberos, los romanos… y los tartesios, que son los que montaron los bares de tapas en Bonavista.

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