Me fascina que después de miles y miles de años de humanidad todavía se encuentren trastos que nos revelan lo que hacíamos en la vida cuando no existía Hacienda. Y también que sea en el Priorato, aquel rincón de Cataluña donde sólo vamos un fin de semana a comprar vino y aceite. La fuente del misterio de la prehistoria de los «indepes». El hallazgo de dos piedras en Ulldemolins con dibujos del paleolítico, me ha hecho pensar: «¿Nadie en tanto tiempo se ha parado a mear en aquella cueva y ha mirado aquellas rocas?» Y también me sorprende que los investigadores sólo las hayan mirado por una cara, donde aparecen seis figuras de animales, según dicen ellos. Porque yo he visto los meteoritos y, la verdad es que para saber que aquellas rallas son dos ciervos -un macho y una hembra- un cabrón y dos pastores cagando te tienes que haber fumado una piedra, pero de las otras.
Uno de los transportistas de las joyas prehistóricas me ha pedido que me la quedase en casa unos días hasta que confinamiento permita cruzar la frontera de Barcelona y lleguen al Museu d’Arqueologia de Catalunya. Eso me ha permitido mirarlas con detenimiento. Le he dado la vuelta a uno de los cálculos de riñón de dinosaurio y me he quedado como si el Tribunal Supremo quisiese volver a juzgar a El Lute. En una de las piedras, la que tiene 15.000 años, ponían bien claramente «el presidente que preside sin presidente, pero que es muy presidente, ha concedido una ayuda a 116.000 autónomos». ¡Increíble! Después he girado la piedra que tiene 11.500 años (3.500 más tarde) y ponía «Las ayudas se concederán a 132.000 autónomos». En una tercera piedra, que tenía pinta de ser más moderna, había otra inscripción: «¡Pagad ya, cojones!».