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El sur de Cataluña también existe

Exsenador i diputat

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El sur de Cataluña también existe, me estoy refiriendo claro esta, a la Provincia de Tarragona, en lo que se refiere territorialmente como Camp de Tarragona y les Terres de l’Ebre.

En el Camp de Tarragona nos encontramos con un complejo petroquímico, uno de los más importantes de Europa, pero que no deja de ser un peligro medioambiental y porque no un polvorín para su entorno, prueba de ello fue el último accidente con víctimas, que dejo claro que los planes de emergencias no respondieron adecuadamente a una situación de accidente químico, con muchas preguntas de difícil respuesta. Es cierto y no se puede ocultar que en su momento la decisión política fue apostar por la industria, de la mano de un alcalde franquista, que alguna vez oí decir que la decisión contó con el respaldo de una consulta de los vecinos, la verdad es que se convirtió en una gran fiesta la decisión, como aquella de la película de Bienvenido Mister Marshall. La industria tuvo más peso, que un horizonte de futuro que apostara por el sector turístico, esta ha sido la nada fácil convivencia en guardar un equilibrio entre la industria química con un turismo que no ha podido acabar de desarrollarse como debería y podría, cuando este tiene todos los condicionantes para ser un sector de éxito, que aparte de mar y sol, cuenta con un entorno cultural de excelencia como es toda la arqueología de los romanos declarada patrimonio de la humanidad, pero en medio de todo ese paisaje se convive con un jardín lleno de chimeneas y de materias nada saludable y cuando no peligrosas, asomando un complejo turístico como Port Aventura.

Pero esto no es todo, quiero recordar cuando era diputado al Parlament de Catalunya los planes directores que se presentaron para ejecutar en el territorio, en especial a lo que hace referencia a las infraestructuras, que iban quedando obsoletos con el tiempo, porque la realidad superaba a las planificaciones y porque nunca se llego a un acuerdo de modelo territorial. El Camp de Tarragona, siempre ha sufrido las batallitas nada insignificantes entre Tarragona y Reus, se han buscado soluciones intermedias que han dejado una estación del AVE fuera de la capitalidad de Tarragona, pero también de Reus, estación que su propio nombre la define, en medio de un campo y a kilómetros del destino de sus pasajeros y que ahora tendremos que añadir con resignación como pasan de largo los trenes low cost de Barcelona-Madrid, sin olvidarnos de la decisión del tercer fil de mercaderías, que trincha el territorio costero y que hoy más de uno o bien instituciones se arrepienten del tal decisión, que por cierto llego para quedarse, cuya cuantía de la inversión misma lo justifica. Un aeropuerto infravalorado, que nada tiene que ver con la multimillonaria inversión destinada al Aeropuerto de Lleida Alguaire, hoy reconocido como un fracaso de inversión por su rentabilidad.

Entre estas batallitas Tarragona y Reus también se encuentra el nombre de una universidad, con un prestigio reconocido en el mundo universitario, pero que fuera de Tarragona la mayoría de ciudadanos no la ubica en el territorio, me refiero a nuestra Universidad Rovira i Virgili, al contrario de las universidades vecinas de Lleida, Girona o Barcelona, si a todo lo mencionado añadimos una autopista que se ha convertido en una autovía por su fluidez de tráfico y una carretera N-340 que en verano se convierte en una interminable peregrinación de vehículos rodados. Todo ello y más, por que no tenemos claro a largo plazo que modelo de territorio queremos tener y nos dedicamos a miras cortas que la realidad las supera y a batallitas capitalinas de campanario que nada ayudan al territorio. Por que las administraciones públicas, en especial de la Generalitat de Catalunya, no son conscientes de la necesidad de inversiones en un territorio cuyo potencial industrial nadie quiere como vecino. Ya nos gustaría ser un área metropolitana con identidad propia y al final caemos en ser una segunda área metropolitana de Barcelona, eso si, donde se queda todo lo que Barcelona no quiere a cambio de nada.

Si este es el panorama del Camp de Tarragona, ahora para completar el ámbito provincial de Tarragona tenemos las Terres de l’Ebre, si antes mencionaba en el Camp de Tarragona petroquímicas y accidente reciente en una de ellas, ahora tocaría hablar de tres reactores nucleares y un paraje natural que ha sufrido una devastación grave de la borrasca Gloria, ya no hablamos de la previsión de regresión de ocho metros anuales que se pierde del litoral del Delta, hablamos de un desastre ecológico como el que se ha producido, ha desaparecido una parte importante del Delta, con ella una fauna y flora propia que esta en riesgo de desaparecer. ¿Cuántos años se lleva hablando de la supervivencia del Delta de l’Ebre, cuántas veces se ha debatido un proyecto real de conservación del paraje natural, así como de su entorno?, son muchos los años, pero ha tenido que ser la borrasca Gloria que ha dicho basta ya.

La verdad, es que las administraciones publicas no se lo han tomado en serio y no han actuado con la diligencia de la prontitud que la regresión cada año representa, sin contar con una falta de unidad de criterio en el territorio. Ya sabemos y a nadie se les escapa que el problema de la regresión es la falta de sedimentos procedentes de los embalses de Flix o Ribarroja, pero todavía se espera una respuesta real para evitar el problema. Es hora de tomarse en serio un plan realista que evite el punto de no retorno que es lo que exigen los ayuntamientos del Delta para la supervivencia de este. Pero no tan solo el Delta son los olvidados también el resto de comarcas, alguna como la Ribera d’Ebre sobre que futuro le espera después del desmantelamiento total del polígono industrial de Flix o con el contra reloj del cierre de los dos reactores nucleares de Ascó, porque lo que es cierto que los polígonos industriales de esta zona han apostado más por concentrarse en el polígono industrial de l’Hospitalet de l’Infant por su ubicación estrategia que no en el propio territorio y la tan reclamada salida del sur de Aragón (Teruel) con el corredor del Mediterráneo a través de la Terra Alta.

Polígono petroquímico y tres reactores nucleares es la realidad en el sur de Cataluña, actividades económicas que nadie quiere a su lado y quien las tiene son los gran olvidados. ¡El sur de Cataluña también existe!

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