De aquí a tres semanas vuelvo a intentar aprobar Ciencias Políticas en la URV. Suspendí por primera vez en 2016, el año que empezaron a salir cogidos de la mano el dúo Pimpinella que hoy se han casado. Ya llevo una buena lista de cosas que no entiendo del Congreso para el profesor, Oliver Klein, y otra del Senado por si algún día engancho a Santi Castellà por los pasillos de la casa del conocimiento. Me refiero a la facultad, en la de Madrid diría que no hay mucho de eso. Por si acaso, voy practicando mi respuesta al examen: Pregunta: «Descríbame brevemente la situación política en nuestro país». Respuesta: «Una parte de los socialistas han decidido pactar con una parte de los independentistas, de gobierno a gobierno, pero esta parte de los independentistas no representan a ningún gobierno y la otra tampoco porque no hay gobierno en España. Hay una parte de los socialistas que se consideran traicionados por Pedro Sánchez, pero no lo dicen, y hay una parte de los independentistas que se sienten traicionados por los republicanos, y lo dicen. Parece que los barones del PSOE no están nada contentos, tampoco lo están los barones convergentes. «Caranxoa» se ha cabreado y dice que ahora dirá que no, y «Miss PlátanoDroit» hace enfadar a su partido porque dice que por encima de todo está la integridad moral, la ética… bla, bla, bla. Barbarroja y el Vampiro dicen que el hecho de que se sienten a negociar los dos representantes de los gobiernos «fakes» es un insulto. «Míster Máster» dice que si se pasan un pelo irá a tomar un café con unas cuantas siglas: por suerte la T-11 es una carretera, que si no también la utilizaría para amenazar. En medio de todo eso, se habla mucho de un tal Eduardo Tamayo, que es un hombre que está con bata y zapatillas mirando la tele». ¿Cómo que suspendido» ¡Nooo, otra vez nooo!