Los que ya tenéis una edad, especialmente los que estáis a punto de volcar, recordareis la película «Los Tramposos», con Toni Leblanc. La estrenaron hace 60 años. En la peli sale aquella escena del timo de la estampita, conocida en la Vía Layetana como «el timo del tocomocho». Durante estos sesenta años, uno detrás de otro, sin falta, los especialistas -desde Cuarto Milenio hasta la Ana Rosa- han avisado que no caigamos en esta insólita pérdida de dinero. La cosa va de un individuo que simula que no tiene sus capacidades mentales al 100 por 100 -como el «TajAnnie Hall»- y dice que tiene unos décimos premiados pero no sabe cómo cobrarlos. Entonces pide dinero -pocos comparados con el premio-, a cambio de que los cobres tú. Durante estas seis décadas, des de Enrique Rubio a la Margarita Landi y el Manolo Jiménez nos avisan cuando se acerca la Navidad para que no nos engañen de una forma tan estúpida. Pues, señores, ha salido otro caso en Barcelona, como si fuese una manzana en un gallinero: pican y pican… Y es que no tenemos remedio. Morimos en la carretera como moscas mirando el móvil, fumamos como descosidos y nos miramos el colesterol tanto como la cadena Al Jazeera. Mira que hace años que Toni Leblanc nos promete inversiones y mejoras presupuestarias, alguna vez incluso ha participado la «Tonta del Bote». Sí, hombre, aquella que jugaba al Diplocat-Destroier de la play. Y nosotros, cándidos, hemos caído un año tras otro en el «tocomocho». Si seguimos así, seguro que el año que viene volveré a ver un titular que diga: «Estafan a un señor de ERC con una falsa lotería». Si, ya lo sé, soy un pesado. «¡Morry Christmas!».