Me contaron un chiste un día. La cosa iba de que el Apolo XII aterriza en la Luna y se encuentra miles de seres verdes sin orejas y con tres testículos, vaya, como Marchena. Los pequeños lunáticos miran el aparato con admiración, como si la nave llevase pintada en las puertas «Constitution One». Abre la puerta Amstrong y grita des de la escalera: «¿Sois habitantes de la Lunaaa?». Todos callados. Pero, entre los miles de seres verdes se ven en la lejanía dos personas caucásicas: una señora con permanente y un hombre con bigotito que gritan: «Nooo, naltros som de Reuuus!». Señoras, señores… en cualquier rincón del mundo hay un matrimonio de Reus. Sí, es así.
Un día de agosto de 1987, en el aeropuerto de Washington, oí un hablar conocido. En un concierto de Meat Loaf, a Nottingham, volví a tener ese déjà-vu al oír la palabra clave: «naltrus». Yo creo que el General Prim i Prats i Plim va conquistar toda la galaxia, pero los libros de historia (de ya sabemos quien) lo ocultaron, no fuera que se supiese que el universo era catalán. Entonces, gente de todos los planetas llega a nuestros aeropuertos en OVNIS, que son aviones de Ryanair camuflados. Desde la China hasta la Patagonia.
Ya sabéis que juego a hacer de periodista con un medio digital que ahora se llama Actualidad. Le puse inicialmente Actualitat Penal para sacar dinero de los colegios de abogados, pero al final he sido yo el que he tenido que dejar 50 euros en el ICAT para que le compren un kebab a la junta. El caso es que ayer me desperté con una noticia triste: un volcán ha entrado en erupción en Nueva Zelanda. Miro el Facebook y veo que ya tenemos allí corresponsal, es l’Aleix, un amigo escritor. ¿De dónde es? ¡Premio!