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Tribuna

Nuevas elecciones generales

Ex senador i Diputat

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Pasadas las ultimas elecciones generales, siempre defendí las pocas o nulas ganas de Pedro Sánchez de llegar a acuerdos para formar gobierno y así evitar unas nuevas elecciones generales, mientras Podemos insistía constantemente en llegar a un acuerdo de gobierno, eso si, con una vicepresidencia que coordinara directamente un área de acción del gobierno, no tan solo por las ansias de poder, que también, si no también por la propia desconfianza de entre ellos mismos. Podemos es consciente de que en unas nuevas elecciones generales su numero de diputados mermaría de forma considerable en el límite de una desaparición en el escenario electoral.

De repente al resultado de unas encuestas, que de repetirse unas nuevas elecciones generales Ciudadanos perdería unos 20 diputados y le alegaría aun más de su deseo de desplazar a tercera fuerza política al PP, para así, convertirse en la única alternativa de gobierno que su única ambición. Albert Rivera no pierde un segundo en la recta final hacia unas nuevas elecciones generales y del no sistemático y reiterativo de Albert Rivera de reunirse con Pedro Sánchez porque según el propio Rivera nada tiene que negociar, en unas 25 horas se pone en contacto con Pedro Sánchez en una supuesta negociación, digo lo de supuesta, por Pedro Sánchez poco interés tenia y tiene en llegar a un acuerdo con Ciudadanos, todo quedo en aguas de borrajas y Albert Rivera sin plumas y cacareando, quien siembra tormentas recoge tempestades y los debate con Pedro Sánchez me refiero.

En el otro lado los nacionalistas, con la salvedad de aquellos asentados en la estabilidad y cuyo único interés es el «peix al cove» de Jordi Pujol, depende de más competencias y tajadas económicas que te facilite o no la investidura, como hoy va siendo un ejemplo el PNV del País Vasco. Mientras tanto a ERC Pedro Sánchez no les descarta la aplicación del 155 y no le debe extrañar por la peculiar y desafiante actitud del President Torra/Puigdemont y que hablar de la derecha catalana, que se encuentra en un proceso donde no acaba de encontrar un espacio electoral, por una parte los que se sienten independentista que hoy más que nunca se parecen a la derecha de la CUP, todo por para pasar por delante a ERC o la reconstrucción de una derecha catalanista basada en el modelo Francesc Cambó i Batlle, que agrupe el electorado catalanista de derecha del PPC y de la antigua CiU.

Sin olvidarnos de un PP inamovible en sus convicciones de no apoyar un gobierno de izquierda, el peligro que podría conllevar con la izquierda más rancia de PODEMOS o de los partidos independentistas que se dejan festejar. Pero ello no significa si se tiene que ser objetivo, que tampoco corren aguas tranquilas en esta formación y los barones que hoy presiden gobiernos autonómicos no están muy de acuerdo con algunas decisiones Pablo Casado. Lo único que, si que encuentro acertado, es el camino iniciado por Alejandro Fernández en buscar la unidad de todos los constitucionalistas de Cataluña, la pregunta es: ¿hasta donde Madrid le dejara llegar?

Mientras tanto el Presidente en funciones Pedro Sánchez, sentado en un sillón y fumándose un puro mientras la ve pasar, ha tenido y tiene claro, que si las encuestas son las que son, el va a subir y los otros a bajar.

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