Bien, amigos, ya tengo 58 años y ha llegado el momento de ir a la universidad. He alargado un poco la ESO, ya lo sé. Tengo la esperanza de que los estudios me ayuden a entender como funciona el mundo, y ya de paso, el Tribunal Supremo, el TJUE, el TEDH y el HD4K. Vuelvo a la URV a intentar aprobar Ciencias Políticas -que ya he suspendido dos veces-. Antes me sentía mal, pero ahora, como hay tanta gente que no entiende lo que está pasando en política… pues aquello del mal de muchos consuelo de tontos.
Ya, habiendo confesado que miro el Congreso como si estuviese viendo una telenovela turca, resumiré en pocas palabras lo que creo: la pasta de este país no quiere que mande la izquierda. Ya está. No hacía falta ver toda la serie de Pimpinella de estos meses.
El personaje que da nombre a la universidad de Tarragona, Antoni Rovira i Virgili, tardó 20 años en licenciarse en Derecho. Yo sigo sus pasos y creo que cuando tenga 78 años ya estaré graduado. No hará falta uqe piense en mi epitafio, directamente encargaré que me pongan el título en el nicho. Una duda: ¿Quién firmará los títulos cuando estemos en la República? Qué tonto… claro… si es en 2039, será un robot, como ahora. Quizás no todo esté perdido. En el otro mundo deben necesitar abogados del Diaglo. Yo, peligroso andaluz independentista, tengo el infierno asegurado, porque seguro que quien decide eso es un unionista y de derechas, como los que deciden aquí. Como que ahora seré estudiante del Campus Cataluña, donde también grabo el programa de TAC12…, ya que estoy allí propondré ser profesor asociado y así intentaré aprobarme a mí mismo. Lo que creo que me costará más es la asignatura de Derecho Constitucional… bien pensado, creo que sería un buen momento para bajar al bar a pedir una «mamadeta».