Diari Més

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Mientras vosotros estáis remojando la merienda en el Pacífico, en Tailandia o Cancún, una servidora está al pie del cañón. No, no me refiero a los cañones del Malecón de La Habana. Trabajando. Sí, eso que os enseñaron de adolescente y que consiste en mirar el Facebook en una oficina. No sé si sabéis que trabajo en un medio digital que se llama ActualitatPenal.cat (publicidad). Pues pensaba pedirle a mi jefe, o sea a mí mismo, unos días de vacaciones. Con mi extraordinario instinto de periodista veterano dije aquello de: «Total, en agosto no pasa nada». Fue decirlo y tener que correr para cubrir agresiones sexuales a granel, accidentes mortales por todos los rincones, homicidios como si estuviésemos en Tijuana e incendios forestales que son el infierno. «Eso serán dos días», dije como un profeta… y estamos llegando a septiembre y acabo de publicar que un coche se ha estampado contra un autocar en Amposta, que Canarias se está quemando y que unos hombres morirán en un barco mientras el mundo mira desde detrás de un cristal.

Este verano he echado de menos los titulares clásicos: «Conflictos entre jubilados en la playa de Benidorm por poner la sombrilla», «Comer menos hidratos de carbono previene la diabetes» o «Un bañista encuentra una botella con una nota escrita hace 100 años, en el mensaje se habla de un referèndum». Debo haberme hecho viejo porque después de publicar tanta desgracia añoro aquellos NO-DO con señoras de Rubens en Lloret mientras la vocecita del Matías Prats -el que no hacía chistes- decía aquello tan machista de «las suecas ya han llegado este verano». Debía ser como el Magaluf de ahora, però en vez de cocaïna se drogaban con sangria. Ep, poca coña. ¡Pruébalo y verás!

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