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VOX miente

Secretària de Polítiques de les Dones del PSC del Camp de Tarragona

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En España había delitos antes de que vinieran inmigrantes en busca de una oportunidad. A las españolas nos asesinaban por ser mujeres y nos siguen asesinado. Dos de cada tres crímenes machistas son cometidos por españoles, un 63%. Vox miente con la intención de crispar el ambiente y tensionar la sociedad.

Cuando Abascal habla de desaprensivas que denuncian falsamente miente para abonar una ideología que atenta contra los derechos de las mujeres. Entre 2006 y 2016 en España ha habido 1.055.912 denuncias por violencia de género, solo 79 son condenas por denuncia falsa, un 0,00007%. Cualquier otro delito tiene muchísimas más denuncias falsas (empezando por el robo de la cartera para renovar la documentación) pero apuntan y magnifican la que es, en la práctica, inexistente.

Los dirigentes de Vox tienen claro que el papel de las mujeres debe ser el de hace unos siglos atrás por eso cargan, con mentiras, contra las feministas con el firme propósito de recortar los derechos conquistados con mucho esfuerzo a lo largo de la historia de la humanidad.

Entienden desde Vox, no sin razón, que el feminismo es un movimiento que siempre ha luchado y avanzado de la mano de la izquierda política.

El feminismo que tiene su origen en la lucha obrera y la lucha de clases señala la biología como causa de la opresión. Es la biología sobre la que construye el pensamiento misógino que permea todos y cada uno de los estamentos de todas y cada una de las sociedades. Enrique Cerezo no habla de dinero con mujeres porque es un machista redomado, por poner un ejemplo reciente.

Se ha instalado la creencia de que el feminismo es algo bueno, con lo que la gran mayoría de la población quiere identificarse, pero identificarse con algo que no se sabe bien que significa lleva a la banalización y a que dirigentes de derechas que atentan contra los derechos de las mujeres se pretendan feministas, como es el caso de Albert Rivera con los vientres de alquiler.

Autodenominarse feminista, cuando se proyecta que el papel de las mujeres sea el de satisfacer deseos de otros, nos lleva a planteamientos de desigualdad. Por lo tanto, se alejan del objetivo del feminismo y nos pone en riesgo de retroceso, de volver a ser impuras.

Por mucho que Abascal intente acusar de maldad a las mujeres en general y a las feministas en particular los hechos son incuestionables. Estos son ejemplos del último mes:

El mismo tribunal que dictó la primera sentencia de la manada condenó a 10 meses de cárcel a un hombre que atacó e intentó asfixiar a su mujer delante de sus hijos menores; incluso la defensa del acusado pedía más condena.

Un tribunal de Lleida condenó a un tío y a su sobrino por un delito de abuso y no agresión a una joven a la que violaron en una discoteca.

Una joven fue brutalmente agredida por su jefe que, además, intentó violarla.

Hay hombres que entienden que las mujeres estamos para su uso y disfrute, para darles satisfacción, incluso que deben someternos a las fuerza, llegando al extremo del asesinato, por lo tanto no nos consideran sus iguales, ni nos reconocen derechos. Hasta los hay, como los dirigentes de Vox, quienes se permite teorizar sobre la desaprensión de las mujeres pretendiendo convertir al opresor en oprimido.

Que Vox malverse y quiera cambiar la realidad atiende a una ideología de sometimiento de las mujeres que ha imperado en la humanidad a lo largo de toda su historia. No reconoce la igualdad por la que trabajamos y pretende, con mentiras, justificar un ataque a la conquista de nuestros derechos.

Pretende Abascal, a fuerza de repetir las mentiras, convertirlas en axiomas. Por mucho que diga el dirigente de Vox, y sus acólitos, ser hombre no es un factor de riesgo. Sí lo es el hecho de ser mujer.

El Tribunal Constitucional concluye que la legislación en materia de género no conculca la norma suprema.

Una vez más Vox se sitúa al margen de la norma suprema del ordenamiento jurídico español. Es aquí donde se debería poner el foco por parte de quienes aceptamos el marco de convivencia que se ratificó el 29 de diciembre de 1978.

Quienes disfrutan del flirteo con quien alimenta la ruptura social, quienes disfrutan acariciando el poder de la mano de Vox, serán cómplices y son responsables de los ataques a las mujeres, que somos más de la mitad de la población.

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