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Mi hijo no quiere compartir, ¿qué hago?

Todos los padres queremos que nuestro hijo o hija comparta y no parezca un egoísta o un maleducado, pero tenemos que obligarlos a compartir?

Imagen de un niño jugando.

¿Mi hijo no quiere compartir, qué hago?Pixabay

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Id al parque con tu hijo. Él va muy contento con su camión nuevo y tiene la ilusión de jugar a llenarlo de arena. Al llegar, dos niños ven su vehículo reluciente y se abalanzan sobre el juguete. La reacción de tu hijo es proteger su tesoro y no compartirlo, quiere jugar él solo. Como madre o padre, ¿qué haces? ¿Le dices que tiene que compartir? ¿No intervienes y dejas estas 'cosas de niños' se solucionan solas?

Muchas veces cogemos los juguetes de la mano de nuestros hijos para darlas a otros niños, y eso provoca que lloren y no entiendan la situación. La realidad, es que todos los padres queremos que nuestro hijo o hija comparta y no parezca un egoísta o un maleducado, pero tenemos que obligarlos a compartir? cómo tenemos que enseñarles a jugar de manera conjunta con otros niños?.

Cada padre o madre actúa lo mejor que puede y sabe pero ante esta situación, los expertos apuntan algunas cosas que tenemos que tener en cuenta antes de actuar:

  • Hasta los tres años, por su desarrollo, los niños habitualmente juegan solos. Es posible que compartan espacio con otros niños y que interaccionen en algún momento, pero los juguetes suelen ser poco compartidos. Cuando son tan pequeños, todavía están desarrollando su capacidad de empatía, «están estructurando su concepto del yo diferenciado del otro y del objeto y empiezan a entender el concepto de pertenencia» apuntan los psicólogos infantiles. Ni nuestro hijo es egoísta ni en el futuro será un ávaro, simplemente, es un menor de 3 años no tiene ninguna necesidad de compartir, porque no tiene desarrolladas las habilidades necesarias para hacerlo.

  • Será a partir de los 3 años cuando el desarrollo intelectual del niño está preparado como para poder empezar sus primeras relaciones sociales, empezar a realizar juegos simbólicos que implican interacción o tener en cuenta al otro. Es pues cuando es más adecuado trabajar la empatía.

  • A partir de esta edad, el niño tiene más interiorizado en sentido de pertenencia y entenderá que aunque el objeto sea prestado no desaparecerá y seguirá siendo suyo.

  • Podemos preguntar a nuestro hijo si desea prestar su juguete, y si decide no hacerlo, tenemos que respetar su decisión, no fomentaremos el valor de compartir obligándolo a hacerlo. Es una oportunidad de enseñar que él también puede poner límites, aprender a decir que no sobre las cosas que tienen que ver con él y los desconocidos.

  • Podemos aprovechar una situación en la que él quiera un juguete de otro niño para hablarle sobre las ventajas de compartir y la sensación positiva que tiene cuándo puede jugar con un juguete de otro niño.

  • No se aprende escuchando sino jugando. Las explicaciones excesivamente largas y los sermones tampoco ayudarán. Si tenemos que abordar el tema, utilizamos frases sencillas y no moralizantes. Utilizamos el ejemplo y trabajamos el hecho de compartir en casa y con la familia.

  • Si el pequeñoya tiene más de tres años y puede entender la situación, puedes hablar antes con él a fin de que imagine la situación con antelación. «Si invitas a tus amigos en casa querrán jugar con tus juguetes. Puedes guardar previamente los juguetes que no quiera dejar y dejar a la vista con los cuales si que quieras compartir».

Y si el tema de compartir abre emociones negativas como frustración o inseguridad, los psicólogos apuntan la importancia de acompañar y validar la emoción de tu hijo, y no tener miedo a sus emociones negativas o dejarles completamente solos en la gestión de éstas.

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