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¿Y tú, cuántas veces lo llevas al veterinario?
El 41% de las familias acude al especialista al menos 6 veces al año preocupado por la salud de sus compañeros
¿Y tú, cuántas veces lo llevas|traes al veterinario?
Si bien la mayoría de las familias con animales reconoce la importancia de visitar periódicamente en el centro veterinario, no todos los países lo hace con la misma asiduidad recomendada para prevenir problemas de salud.
Entre las razones más comunes para acudir al especialista, destacan las vacunas y los controles generales, mientras que las principales preocupaciones relativas a la salud de los animales son la prevención de enfermedades y el control parasitario. El estudio revela que la preocupación por el control parasitario es cada vez mayor a causa de la situación ambiental actual que, con la subida de las temperaturas, ha provocado un aumento de los parásitos. Ante esta situación, el control veterinario tiene que ser muy mayor sin importar la estacionalidad para prevenir posibles enfermedades.
Si hablamos con los veterinarios experimentados, seguramente recuerden que antes los gatos no visitaban prácticamente el veterinario ni se vacunaban cuando, en cambio, sí que se hacía con los perros. Los gatos necesitan también recibir atenciones veterinarias. En nuestros amigos felinos las revisiones periódicas ayudan a detectar cualquier problema de salud antes que tenga consecuencias graves y se pueda tratar con más facilidad, mejorando sensiblemente la calidad de vida del gato. Hay que recordar, que para los gatos, la visita implica un estrés más elevado. Cuando tengamos que trasladar un gato tenemos que llevarlo en uno transporté para su seguridad. Evitemos llevarlo cogido en los brazos o en cajas no habilitadas por este fin, donde fácilmente podrían escaparse.
Cuando esté dentro y te dispongas a mover, tapa lo transporté de manera que quede a oscuras como si fuera una guarida. De esta manera evitarás que el impacto de lo que ve (lejos de su visión habitual). Es un gesto sencillo para nosotros pero evitará que el gato pueda observar perros pasando a su lado o la visión de coches o personas desconocidas que lo asusten.