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Sociedad

Los cazadores gerundenses dejarán de matar jabalíes para quejarse de la Generalitat

Se consideran «menospreciados» por el Govern y sólo harán capturas cuando sea necesario proteger cultivos

Un cartel que alerta de una batida de jabalí en una zona boscosa del parque natural del Montgrí.

Un cartel que alerta de una batida de jabalí en una zona boscosa del parque natural del Montgrí.ACN

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Los cazadores gerundenses han acordado que no cazarán jabalíes en protesta por el «menosprecio» que reciben desde la Generalitat. La temporada de caza mayor empieza el 4 de septiembre, pero un centenar de grupos de la demarcación han decidido que aquel día no saldrán. Y que a partir de ahora tan sólo harán capturas de jabalíes cuando sea necesario para proteger los cultivos y evitar que los cerdos causen daños. Con esta decisión, sobre todo, la territorial de la Federación de Caza quiere presionar el Departamento de Acción Climática para que retire la obligación de tener que comunicar las batidas con antelación (una exigencia que se ha incluido hace poco dentro de la orden de vedas). «Es imposible cumplirlo», critican a los cazadores gerundenses.

Los cazadores gerundenses explican que el malestar hacia la Generalitat ya viene de lejos. Pero que aquello que los ha llevado a plantarse han sido las últimas modificaciones que el Govern ha incluido dentro de la orden de vedas. Y más en concreto, aquello que recoge el punto 8.3 de su articulado: la obligación de tener que informar de las batidas con antelación.

Los cazadores dicen que no pueden cumplir con esta exigencia, y que así ya lo han hecho saber en el Departamento. «Establecer un punto exacto donde estarán los animales vivos y en constante movimiento es imposible, y no se puede exigir para la práctica de la actividad cinegética; que además, se hace en reservas de caza de titularidad privada», sostienen tanto la territorial de Girona como la Federación Catalana de Caza.

Los cazadores dicen que si no comunican antes las batidas, o bien lo hacen de manera incorrecta, en caso de que haya un accidente se podrían quedar sin cobertura de los seguros. Y eso, subrayan, tendría «terribles consecuencias económicas» para el quien hubiera causado el accidente o, de manera subsidiaria, para el capatazy la junta de la sociedad de cazadores.

Ante esta «inseguridad jurídica», la Federación Catalana de Caza llevó la orden de vedas ante la justicia y, como medida cautelar, pidió dejar en suspenso el artículo 8.3 del reglamento. Pero los tribunales lo han desestimado, cosa que ya supone tener que esperarse en qué salga la sentencia para ver qué resuelve.

Como eso implica irse más allá del inicio de la temporada de caza mayor, porque antes del 4 de septiembre no habrá sentencia, los cazadores gerundenses han decidido plantarse. Y por eso, este 2022 han acordado que no cazarán jabalíes, y que tan sólo se limitarán a hacer aquellas capturas que sean necesarias para proteger los cultivos de los daños que causan los cerdos. Una decisión, aseguran los cazadores, que toman por «responsabilidad y solidaridad» con los campesinos, a un colectivo que también sufre «agravios» a raíz de la gestión del Departamento.

Por unanimidad

Los cazadores gerundenses decidieron no empezar la temporada de caza mayor en una asamblea que se celebró el viernes pasado en el auditorio Jaume Casademont del Parc Científico y Tecnológico de la UdG. Al encuentro asistieron hacia un centenar de grupos y sociedades de cazadores de la demarcación, que dieron apoyo a la medida casi por unanimidad. La decisión ya se ha trasladado al resto de sociedades y grupos del jabalí de las comarcas gerundenses que no estuvieron presentes.

Aunque este artículo del orden de vedas haya sido el detonante de la protesta, los cazadores critican que desde el Departamento de Acción Climática se les trate «con menosprecio». Acusan a la Generalitat de ser «la primera que no cumple con las normativas relacionadas con la materia» ni con sus compromisos.

Y aquí, dicen específicamente que todavía no se ha desplegado el reglamento que estipula los accesos al medio natural (pendiente desde los años 90) ni tampoco se ha definido qué es una perrera deportiva (cosa que deriva en sanciones a quien no disponga de núcleo zoológico) o que tampoco se ha publicado el decreto de control de predadores.

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