Los otros dos, en cambio, se ocupaban de tareas de control y vigilancia del entorno, mientras los otros dos miembros entraban en los domicilios. Además, se ocupaban de marcar y comprobar las puertas de las casas donde posteriormente robaban.
Una vez dentro los ladrones aprovechaban para llevarse todo tipo de objetos de valor como cámaras de fotos, teléfonos móviles, joyas, relojes de lujo o dinero en efectivo que las víctimas tenían en casa. Después de robar, se marchaban del lugar de los hechos en transporte público.
Los Mossos también les intervinieron gran cantidad de instrumentos específicos para la elaboración de herramientas destinadas a la apertura de cerraduras y cajas fuertes, juegos de 'ruiseñores' preparados para ser utilizados y varios tipos de cerraduras para realizar prácticas de apertura. Después de declarar, el juez los envió los cuatro a la prisión.