A través de correos electrónicos masivos o páginas de internet, los estafadores usurpaban la identidad de las víctimas y los suplantaban en webs de confianza como bancos. A continuación pedían el duplicado de la tarjeta SIM a la compañía telefónica de la víctima, alegando que habían perdido el teléfono móvil. Con la nueva SIM ya activada, dejaban a la víctima sin línea, y así dejaban a la víctima sin poder operar, con total impunidad. Finalmente, accedían a su cuenta bancaria y realizaban transferencias fraudulentas a otras cuentas bancarias de la organización criminal, y dejaban sin saldo a las víctimas, excepto si estas conseguían anular las operaciones a tiempo.
Si la entidad bancaria enviaba avisos alertando de las transferencias mediante SMS, los mensajes no son recibidos por el afectado, ya que no tiene línea telefónica. En ocasiones, asocian la tarjeta bancaria de la víctima en el terminal móvil, para poder realizar pagos y compras sin necesidad de tarjeta bancaria física ni tampoco tener que teclear el código de seguridad, porque el desbloqueo del móvil ya es suficiente.
La investigación empezó en octubre del año pasado después de varias denuncias procedentes de todo el estado. Una vez identificado y localizado el máximo responsable, fue detenido, y en el cacheo domiciliario le encontraron numerosas pruebas de los delitos. Se detuvo a 12 personas más y una decimocuarta fue interrogada como investigada pero no detenida.