Diari Més

La tradición castellera se consolida en las Terres de l'Ebre

En menos de cuatro años se han creado tres grupos que reúnen a 400 castellers

Los Castellers de Tortosa levantando un castillo en la Diada de la Cinta con las autoridades mirando desde el balcón del Ayuntamiento. Imagen del 4 de septiembre de 2016 (horizontal)

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El último territorio catalán donde ha germinado la semilla de la afición castellera son las Terres de l'Ebre. La creación, en menos de cuatro años, de tres grupos que ya han llevadocastillos a plaza con unos 400 encamisados demuestran que no ha sido un ramalazo pasajero sino que los castillos han venido para quedarse en el Ebro. El territorio«tenía ganas y necesidad de castillos»y con mucha autopromoción, perseverancia y pedagogía esta afición ha empezado a arraigar entre los ebrenses. En febrero de 2013 se bautizaba el primer grupo, els XicsCaleros, de l'Ametlla de Mar. En pocos meses, en octubre de 2013, entraban a la familia castelleraelsXiqüelos i Xiqüelesdel Delta, de Amposta. Y los últimos al estrenarse en plaza han sido, el pasado mes de junio, elsCastellers de Tortosa'. Los tres grupos colaborarán con los grupos veteranos del Campde Tarragona, que les han apadrinado y les forman, cerrando filas con ellos al Concursde Castells de Tarragona de este fin de semana.

Cristian Dasi, cap de colla de los Castellers de Tortosa, se ha mostrado convencido que los castillos«han empezado»a «arraigar»en las Terres del'Ebrey que la gente empieza a entender«qué son». Hay mucho trabajo de autopromoción de los grupos que hacen talleres al calles para mirar de atraer nuevos aficionados y para hacer pedagogía. «Los castells se tienen que vivir», ha reconocido Dasi. No hay otra manera de percibir el sentimiento, el esfuerzo y la perseverancia que requieren y que a la vez atrapa aquellos que lo prueban.

Los castellers ebrenses tienen la tozudez como peculiaridad. «Tenemos muchas ganas de hacer las cosas. Si tenemos una cosa entre ceja y ceja, lo acabamos haciendo. Somos tozudos y probamos hasta que nos sale», ha remarcado el cap de colla tortosino. También hay una buena relación entre los Castellers de Tortosa, los Xiqüelos i Xiqüelasdel Delta y los Xics Caleros, «un buen feeling»necesario cuandolos grupos son pequeños, y hay un apoyoimportante de los grupos veteranos, vital para poder avanzar. «Hay muchas cosas que nos encontramos a los ensayos que no acabemos de ver por donde falla debido a nuestra falta de experiencia. Vamos a los ensayos de los Xiquets de Reus, la colla Jove Xiquetsde Tarragona y otros gruposcon los quevas teniendo relación. Vas y te enseñan cómo funcionan ciertas cosas», ha reconocido Dasi.

En general, los castellers ebrenses perciben un cierto visto bueno de los veteranos a que la afición castellera se haya exportado en el Ebro. «Mucha gente está contenta con que los castillos se hayan extendido por toda Cataluña y creo que es importante porque da a entender que gusta y nos sentimos identificados», ha dicho al cap de colla de los granas.

Entre los Xics Caleros, los Xiqüelos del Delta y los Castellers de Tortosa ya hay unos 400 castellers en el Ebro pero reconocen que cuesta, por ejemplo, conseguir'canalla' lejos de las zonas tradicionales de los castillos. Los padres aquí todavía tienen un miedo y una desconfianza que los grupos están dispuestos a apaciguar con la demostración del trabajo bien hecho que ya empezó a dar sus frutos.

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