Diari Més
Alberto Varo

Portero del Nàstic de Tarragona

«Me quería sacar la espina de ser el portero del Nàstic»

El Águila de la Canonja explica el origen de este sobrenombre y lo que significa el retorno al club de su vida

El portero del Nàstic, Alberto Varo, en el césped del Nou Estadi Costa Daurada.

«Me quería sacar la espina de ser el portero del Nàstic»Gerard Martí

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— ¿Después de cinco años lejos de Tarragona, comofue el nuevo debut con el Nàstic?

— Todos los debuts en una segunda etapa en un club son difíciles. Siempre hay muchas expectativas, quieres jugar bien y que salga todo perfecto. De hecho, así fue. Ganamos, dejamos la portería a cero, no hubo ninguna lesión, ni mía ni de un compañero y, en definitiva, fue un partido bastante limpio.

— ¿Cómo se sintió a nivel personal?

— Bien, salí muy tranquilo. Este es mi estilo aunque fue un partido que requirió atención. En cualquier momento podían forzar un uno contra uno, aunque se diluyó a partir de la expulsión. Con todo, no me podía desconcentrar. Un rechacede Pol Domingo chocó con el delantero y se envenenó, en así que tuve que actuar. Estoy satisfecho porque teníamos que hacer bono el punto en Majadahonda y salió bien.

— ¿Fue bonito volver a vestir de grana con un estadio con más de 7.000 asistentes?

— Este estadio es muy especial para mí. Yo llegué con 10 o 11 años y he vivido esta sensación en la grada y, por suerte, también en el campo. Mi anterior etapa fue la del play-off de ascenso contra el Llagostera, que no pudimos subir y el ascenso del año siguiente. También, acto seguido, participamos en la fase de ascenso a primera división. Fue una época muy bonita y recuerdo el estadio lleno y muy animado. Pero la realidad es que hacía mucho tiempo que no se veía tanta gente a la jornada 3. Como dijo el míster, la mejor manera de atraer a la gente es cuando respondes al campo y lo das todo. Este es el mejor llamamiento y lo sé por experiencia.

— ¿Cómo vive la competencia en la portería con Dani Parra?

— Bien, es una competencia muy sana. Desde mi punto de vista somos dos porteros muy válidos por jugar todos los partidos. En mi caso, sí que es verdad que llegué un poco tocado porla temporada pasada. Forcé más de la cuenta, no me beneficiaba a nivel personal, pero el equipo me necesitaba. Cuando formas parte de un club lo tienes que dar todo, y así lo hice, aunque me provocó que empezara la pretemporada más tarde. El domingo, el cuerpo técnico decidió que fuera titular, pero tengo que seguir esforzándome porque tengo que convencer cada semana al míster si quiero jugar.

— Fue el primer fichaje de la entidad. ¿Cuándo se enteró del interés del Nàstic?

— Ya hubo interés años anteriores, pero poruna cosa o porotra no se pudo concretar. Cuando me llamó este año Sergi Parés fui el primero que al acceder. Dije que haría lo que hiciera falta para volver al club. Llevabamucho tiempo fuera de casa y, al final, a medida que pasan los años y ganas madurez, valoras muchas más cosas y quería volver a casa.

— ¿Tenía la espina pintiparada de no disfrutar de regularidad en su anterior etapa?

— Cómo he dicho, llegué al Nàstic con 10 años y, desde aquel momento, mi objetivo era jugar en este estadio. Es verdad que, cuando era más joven, estaba aquí como tercer portero. Echaba una mano al primer equipo, pero nunca había formado parte de la plantilla de forma exclusiva. Era el portero de la Pobla de Mafumet, pero tuve la oportunidad de jugar enSegunda B y Segunda A. Aunque ya sabía lo que era debutar con la camiseta grana, sí que tenía la espina pintiparada de poder jugar de forma más regular. Quería formar parte de eso desde dentro y ser uno más y, cuando salió la oportunidad, la cogí con muchas ganas.

— A pesar de estar lejos de Tarragona, siempre ha estado pendiente del Nàstic.

— Siempre he tenido el sentimiento grana. Desde que lo veía desde la grada como cuándo pude debutar como jugador. Así que, cuando he jugado lejos de Tarragona, siempre estaba pendiente de los resultados del Nàstic. Si podía ver el partido, lo hacía, si no, me mira los mejores momentos, quien había marcado y como iba a la clasificación. Si no podía hacerlo, llamaba a mis amigos que vienencada semana al campo para que me hicieran el resumen ellos mismos.

— De vuelta en el Nàstic y, de nuevo, a trabajar con Manolo Oliva. ¿Cómo lo valora?

— Durante la presentación me dijeron que suplir a Manu García sería un reto difícil, pero se tiene que mirar que Manu también tuvo que suplir muchos otros, como Bernabé Barragán, Stole Dimitrievski i Manolo Reina, entre muchos otros. Cuándo hay una gran cantidad de buenos porteros que han pasado por aquí, es porque hay alguien que está trabajando de lo lindo para que así sea y este es Manolo Oliva. Cuando empecé a participar con el primer equipo el entrenador de porteros era Felip Ortiz, pero pude coincidir las siguientes dos temporadas con Oliva. De esta manera, conozco su metodología de trabajo y adaptarme ha sido muy fácil. De hecho, siempre he tenido una buena relación con él, siempre que podíamos coincidir ha habido un buen contacto.

— Si hay tantos buenos porteros en el Nàstic es que su metodología funciona.

— Él es muy trabajador. No quiere ningún elogio y tampoco salir en ningún titular. Prefiere estar lejos del centro de atención así que, a veces, va bien darle un pequeño reconocimiento a su trabajo. Es un hombre de club, hace 7 o 8 años que está en el Nàstic y lo da todo para el equipo. Si tiene un domingo libre, a las ocho de la mañana te envía vídeos para analizar al rival de la próxima semana.

— ¿Cuál es el origen de su sobrenombre: el Águila de la Canonja?

— Me lo puso quien llevaba la comunicación de la Pobla de Mafumet cuando jugaba allí, Hélder Moya. Un día, durante un partido, me llamóde esta manera y así se quedó. La razón era que, según decía, yo llegaba a atrapar todos los remates. Aunque parecieran imparables, los atrapaba en el aire. De esta manera surgió la comparación con un águila y se relacionó con el municipio de donde soy, la Canonja. Al principio parecía una broma, pero el caso es que cuando me marché a jugar al Barça B o al Lugo, los comentaristas de los partidos también me llamabanporeste nombre a las retransmisiones. De esta manera se quedó, es gracioso y la verdad es que me gusta.

— I una de las cosas que se quedó es la Canonja, su pueblo.

— Sí y, de hecho, cuando subí al primer equipo, los compañeros no me decían ni Alberto ni Varo, me decían Canonja. El año pasado, con el Linense, me encontré a David Rocha cuandonos enfrentamos contra el Mérida. Él es su director deportivo y, cuándo me vio, me dijo: «Ostras Canonja, como te va»?. Parece que, en este caso específico, no se quedó ni Alberto ni Varo ni el sobrenombre completo.

— ¿Guarda buenos recuerdos de su etapa en la Pobla de Mafumet?

— Fue una muy buena etapa y la recuerdo con mucha estima. Conseguimos un ascenso a Segunda B. Teníamos un gran entrenador, Martín Posse, al cual tengo que agradecer muchas cosas.

— En aquel tiempo, incluso, se lo vio como lanzador de faltas.

— La verdad es que fue una etapa en la cual fui muy protagonista, tanto a la hora de parar como demarcar. Recuerdo un partido contra el Badalona que paré un penalti y, poco después subí a rematar el córner para marcar el gol del empate. En el play-off de ascenso, tuve, incluso, que lanzar el primer penalti y así lo hice. Posse me dio mucha confianza y mucha libertad. Me decía que eran situaciones que tenía que vivir, para experimentar la presión de primera mano. La verdad es que me ayudó bastante y, de nuevo, tengo que agradecer muchas cosas de Martín Posse. Incluso, tiré alguna falta, es verdad. No sé si me tocará alguna este año, la verdad es que tengo mucha competencia, en la plantilla hay muchos especialistas así que, que las tiren ellos.

— El año pasado con el Linense se enfrentó a muchos rivales que este año jugarán contra el Nàstic por primera vez a Primera Federación. ¿Qué puede decir al respecto?

— Hay muchos que no les descubro yo, como es el caso del Deportivo de la Coruña y el Lugo. Son dos equipos con mucha historia y que tienen una estructura de club muy buena, así que lucharán por estar arriba. Los equipos gallegos son muy complicados, incluso el Celta B, que es un filial con mucho talento. Quizás el equipo que nadie se espera es Unionistas de Salamanca. Es complicado jugar a su estadio y el año pasado casi entran a play-off . Esta temporada no se pueden hacer muchas quinielas.

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