Los jugadores del Nàstic celebrando el gol.
Gerard MartíActualizada 05/09/2021 a las 21:04
No hay nada mejor que iniciar tu camino en casa ganando. Así fue en un Nou Estadi que vibró, disfrutó y vio cómo los tres puntos se quedaban en casa. El Gimnàstic de Tarragona derrotó al Barça B y lo hizo con un partido más que notable, brillando en muchos momentos y, lo que es todavía mejor, dejando unas sensaciones más que esperanzadoras para lo que queda de temporada, que es mucho.
Fran Carbia fue el encargado de marcar el primer gol de la temporada del Nàstic. Lo hizo, además, saliendo desde el banquillo, haciendo de revulsivo de unos Pedro Martín y, sobre todo, Pablo Fernández que brilló con luz propia.
Un único cambio realizó Raúl Agné con respecto al once que salió al Palmar la pasada semana ante el Atlético Sanluqueño. Pedro Martín fue de la partida, compartiendo delantera con Pablo Fernárndez, con la que Fran Carbia se quedó en el banquillo. El resto, Manu García en la portería; Pol Domingo, Alex Quintanilla, Aythami Artiles y Joan Oriol en defensa y de derecha a izquierda; Robert Simón en la banda derecha, Fullana a la izquierda y el centro del campo, nuevamente con Javier Ribelles en tareas defensivas y Pedro Del Campo encargándose de la parte creativa.
Precisamente, el dúo atacante fue de lo que mejor funcionó al Nàstic. Estos dos jugadores están condenados a entenderse en la presente temporada y, ante el Barcelona B, empezaron a poner los cementos para iniciar una sociedad temible. De sus botas salieron algunas de las ocasiones más claras del partido, sobre todo en la primera mitad. Siempre, con el permiso de un Robert Simón que demostró ser un puñal por banda derecha y que este año tendrá pocos competidores que le puedan seguir el ritmo cuando pise el acelerador. 24 minutos pasaron para que los dos hombres de la punta de ataque empezaran su particular recital. Primero, pared entre ambos que acaba con centrada de Pedro y pelota desviada por la defensa. Dos minutos después, una acción similar acababa con un chute de Pablo que el portero rechazó.
Los dos iban engrasando la máquina, siempre con un Robert Simón que también hacía acre de presencia. En primera instancia, con una gran carrera por la derecha que acababa con centrada peligrosa y sin encontrar rematador. En el 34', el mismo Simón, en una acción centrada, se plantó delante del portero pero un defensor desvió el peligro. Y a seis minutos del descanso, pasada de Pablo hacia el mismo Simón, quien disparó cruzado encontrando con un gran Iñaki Peña que, hasta el momento, lo desviaba todo. El Barça se fue empequeñeciendo a medida que pasaban los minutos, sin poner en grave peligro a Manu García.
Manos claras y un palo
El arbitraje estaba siendo más que discutible, por algunas faltas mesuradas diferente para un equipo y para el otro y que siempre beneficiaban en el Barça B. Pero también fue complicado que el colegiado no viera unas manos en el área barcelonesa al inicio de la segunda mitad. Era un penalti que pareció claro pero que nunca se señaló.
Nuevamente estuvo a punto de marcar del Nàstic en el 57', pero en esta ocasión con un protagonista diferente a los tres habituales. Fue Pedro Del Campo, que cambió su sitio con Fullana y se situó en la banda, quien realizó una gran acción por la izquierda y su chute chocó primero con Iñaki Peña y, después, con el palo derecho. No podía hacer más el Nàstic. Es más, el duelo se convirtió ya en un acoso grana. En la siguiente acción, Joan Oriol tiró una falta que salvó a un defensor bajo los palos. Era complicado hacer más para tan poco premio.
Entra Bonilla
La siguiente sustitución fue la de Carbia por Pablo. No es que el ex del Cornellà estuviera haciendo alguna cosa mal, sino todo el contrario. Todo lo que hizo durante el partido, que fue muchísimo, lo desgastó hasta un punto que las fuerzas le empezaron a fallar. Por este motivo, entró uno de aquellos que tiene gasolina para dos partidos seguidos. El punta tarraconense se situó al lado de Pedro para intentar conseguir un gol que se le estaba resistiendo demasiado al Nàstic.
Marca Carbia
Y si Pablo y Pedro habían demostrado muchas maneras, lo hicieron, me parte, para allanar el camino al verdadero héroe del partido. Fran Carbia, que acababa de ingresar en el terreno de juego, realizó una de aquellas jugadas que todo delantero tendría que saber hacer, pero que él demostró controlar a la perfección. Bueno fue el pase largo de Joan Oriol, pero mucho mejor fue el control del delantero y su capacidad de poner el cuerpo para esconderle la pelota al central y, de espaldas, disparar con pierna izquierda, imposible para Iñaki Peña. Esta delantera prometa y, aunque no ha destacado por su capacidad realizadora en este inicio de temporada, tiene pinta que le dará muchas alegrías al club a lo largo de la temporada.
Sergi Barjuan, tal como indicaba el guion, sacó toda la pólvora que le quedaba al banquillo y el filial azulgrana se volcó en la portería contraria. Eso sí, con más corazón que ninguno, ya que las ofensivas visitantes, en realidad, nunca acabaron de hacer daño ni a Manu García ni a un Nàstic que realizó uno de los partidos más completos que se le recuerdan.
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