Eso es la Primera RFEF

El Gimnàstic de Tarragona compitió como nunca, pero tan sólo fue capaz de arrancar un empate. Eso demuestra la gran dificultad que tendrá este año la nueva Primera RFEF, en la cual los tarraconenses se encontrarán con rivales como el Atlético Sanluqueño, que no demostraron nada del otro mundo, pero que serán capaces de plantar cara e impedir que los de Raúl Agné sumen de tres en tres. El Nàstic se estrena con un punto y con buenas sensaciones, al menos, con respecto a competitividad.

Primero once de Raúl Agné, y alineación con sorpresa. El entrenador del Nàstic apostó por una delantera formada por Fran Carbia y Pablo Fernández, la cual no estaba prevista porque Pedro Martín tenía que ser el hombre que acompañara al ex del Cornellà en el debut grana. Sin embargo, Carbia acabó siendo titular porque el andaluz no estaba al cien por cien físicamente. El resto del once, fue el esperado.

Manu García fue el escogido bajo palos, con una defensa que la formaban, de derecha a izquierda, Pol Domingo, Alex Quintanilla, Aythami Artiles y Joan Oriol. Hay que recordar que Albarrán estará entre seis y ocho semanas de baja a causa de la lesión en el tobillo que sufrió entrenando. El centro del campo, sin el sancionado Jannick, era para Ribelles y Pedro Del Campo, con Fullana un poco escorado a la izquierda y Robert Simón a la derecha. Arriba, Pablo Fernández y Fran Carbia.

El partido que se pudo ver en el Palmar fue un auténtico duelo de pretemporada, con la gran diferencia que había puntos en juego. Un campo en el cual, por culpa de las nefastas condiciones en las qual se encontraba, se convirtió en un territorio de lucha, provocó un enfrentamiento más físico que futbolístico.

Un partido típico de Segunda División B es lo que se vio al Palmar, sobre todo, durante los primeros 45 minutos. Dos rivales que luchaban, un Nàstic que a partir del cuarto temprano pasó de atacar a defenderse como podía y dos conjuntos que dejaron claro que no querían encajar el primero, ya que esta circunstancia provocaría un cambio absoluto en el enfrentamiento.

Doble cambio
Empezó muy enchufado el Nàstic la segunda mitad. Tirado al ataque, el equipo de Raúl Agné empezó a creerse que podía llevarse los tres puntos. Ahora bien, para ganar, se tiene que marcar. Una acción aislada a los siete minutos en la cual Pablo pudo anotar dejó paso a las dos primeras sustituciones del enfrentamiento. Edgar Hernández y Pedro Martín entraron sustituyendo a Fran Carbia y a Pablo Fernández. Buen movimiento de Agné, que sabía que tenía que mover ficha para intentar pasar del empate al triunfo.

También dio entrada a dos jugadores de refresco Pedro Buenaventura, quien vio que el empate se acercaba pero que, en un momento dado, se podría producir alguna acción que podría desembocar en el gol de los andaluces. El partido continuaba más que igualado, con los dos conjuntos haciendo sendas demostraciones de fuerza, pero sin que ninguno de los dos fuera capaz de agujerear la portería contraria.

Una ocasión aislada de Pedro Martín, en la cual el punta grana no acertó de cara a portería, fue del poco que se pudo aprovechar en el marco de un enfrentamiento que sirvió de punto de partida.

Javi Bonilla ingresó en el terreno de juego a falta de veinte minutos para el final del enfrentamiento, en un claro mensaje por parte del entrenador del Nàstic. Ahora bien, poco o prácticamente nada cambió. Los tarraconenses, castigados por un terreno de juego que se iba haciendo pesado con el paso de los minutos, era un impedimento para que estos pudieran practicar su fútbol. Además, con el paso de los minutos, los gaditanos se crecían al mismo tiempo que lo hacía una afición que se notaba que tenía ganas de fútbol.

Ballesteros, la última bala

Raúl Agné, sabedor que un jugador eléctrico podía ser capaz de romper el enfrentamiento, dio entrada a Pol Ballesteros. Piernas frescas para una misión que era complicada. El empate no era mal resultado, pero un triunfo significaba el éxtasis total.

Al final, los catalanes arrancaron un empate que, a buen seguro, les servirá para una temporada más que exigente y en la cual se encontrarán muchos rivales como el Sanluqueño: ordenados y que se conforman con el punto.