Diari Més
Gonzalo Romero y Jesús Mira

Árbitro principal y árbitro asistente de la delegación de Tarragona

«Nos conocemos tanto que con una mirada ya sabemos que es lo que pasa o puede pasar»

Los dos han dado el salto a la nueva Primera RFEF y seguirán formando el tándem que han iniciado esta temporada recientemente finalizada

Mira y Romero forman tándem desde esta temporada.

«Nos conocemos tanto que con una mirada ya sabemos que es lo que pasa o puede pasar»Joan Carles

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Gonzalo Romero (1994) y Jesús Mira (1989) son dos arbitras de la delegación de Tarragona que este año han pitado partidos en Segunda División B y la próxima temporada lo harán enPrimera RFEF. Mira lleva 18 años ejerciendo de árbitro, primero de principal y después como asistente, y ha encadenado nueve temporadas en Segunda División B. En el caso de Romero, esta ha sido su segunda temporada a Segunda División B y, en total, lleva pitando 12 años.

— ¿Cómo fue la primera temporada en Segunda División B (la 2019-20)?

— Gonzalo Romero (G.R.): Fue una temporada que empecé con mucha ilusión después de haber estado luchando por el ascenso durante cinco años. Fui de menos a más, hasta que no estás en la categoría un par o tres de partidos, no sabes dónde estás. Justamente cuando acabó por culpa de la pandemia, es cuando mejor estaba.

— ¿Esta segunda temporada ha sido un poco extraña?

— Jesús Mira (J.M.): Un poco extraña porque los prepartidos no se podían preparar igual, estábamos todos aislados, sobre todo al principio. Al final, como los jugadores, nos hemos adaptado a lo que había, cumpliendo las normas.

– G.R: Una temporada muy atípica, pero siempre recordaré el partido de Yecla que fue un partido que nos hizo mucha ilusión porque fue el primero con público y disfrutamos mucho porque hacía mucho tiempo que no teníamos público. Sólo había 500 o 600 personas, pero nos volvimos a sentir árbitros del todo. Fue precioso porque el público es una parte muy importante del fútbol.

— ¿Es más fácil o más difícil silbar sin público?

— G.R: Se puede pensar desde quemenos que es más fácil, pero se te puede volver en tu contra. Cuando hay público hay protestas de los jugadores que puedes controlar tranquilamente dentro del campo, pero cuando no hay se siente a pesar de nuestro informador que nos evalúa puede oír una protesta que con público le dirías al jugador hasta aquí, pero que sin público tienes que demostrar todavía más tu autoridad. Puede parecer más fácil porque no está la presión ambiental, pero se te puede devolver en tu contra.

—J.M: Este año lo que nos ha pasado es que los jugadores estaban en la gradería y se pensaban que eran aficionados, pero seguían siendo suplentes. Estás en el campo gestionando los dos banquillos que están muy lejos, no sabes quién grita y eso ha sido difícil. Cuando están todos en el banquillo están más controlados.

— ¿Aparte del de Yecla, tenéis algún otro partido especial de esta temporada?

— G.R: Arbitrar en el campo del Numancia me hizo ilusión, porque siempre lo he visto en Primera y Segunda División y de repente te ves allí pitando y con público. Además, hacía cuatro meses había estado allí de cuarto árbitro y ahora estaba yo dirigiéndolo, es lo que recuerdo con mejor sabor de boca.

—J.M: Yo llevo nueve temporadas en Segunda B, unos 120 partidos. A mí lo que me gusta es ir a campos nuevos y cada vez es más difícil. En el caso de Soria, como siempre han estado enSegunda División A, pues ha sido un campo nuevo. También es una ciudad nueva, porque a nosotros también nos gusta conocer la ciudad donde vamos a pitar, no sólo vamos por el partido. También hemos ido a pitar al Madrid Castilla, que yo ya lo había arbitrado, pero siempre es especial porque ves unpoco más de profesionalidad.

— Algún partido difícil?

— J.M: El del Madrid Castilla porque es muy mediático y nos hicieron tuits en Twitter pidiendo penaltis, etc.

— G.R: Dentro del campo se notaba la tensión. También fue complicado el Alavés B-Izarra, que era de Segunda fase y se jugaban el descenso. Tuvimos muchas jugadas polémicas, fue un partido muy intenso. En los diez partidos de la temporada hemos tenido la sensación de que nunca se nos ha ido el partido de las manos. Si se juegan un doble descenso a Tercera División, es normal que la gente esté nerviosa, pero tú te tienes que mostrar tranquilo.

— J.M: El hecho de dar el salto a Primera RFEF es el premio a haber hecho una temporada notable, no ha sido brillante, pero no hemos tenido errores graves.

— ¿Veis el paso a Primera RFEF como un ascenso?

— G.R: Lo veo como un ascenso, la gente se piensa que sigue siendo la Segunda B. Estás a un paso de la liga de fútbol profesional, mientras que en Segunda RFEF estarías a dos. Hay un cambio bastante grande, para mí es un ascenso porque más de la mitad de la categoría de Segunda B ha bajado a Segunda RFEF.

— J.M: Yo lo veo parecido al Nàstic. Nosotros somos 135 árbitros y 135 asistentes por tres o cuatro plazas. El objetivo es subir lo más arriba posible, pero sabemos las dificultades. Nuestro ascenso más al alcance era la Primera RFEF. Lo que habría sido un paso atrás era bajar a Segunda RFEF, por lo tanto eso es un paso adelante. Estamos a la misma distancia del fútbol profesional, pero tenemos mucha menos competencia. Con todo, sabemos que será igual de difícil porque la plantilla será más corta, pero también será más potente. Ahora serán cuatro plazas para 60 árbitros.

— ¿Con las nuevas categorías, pensabais que teníais más a perder queganar?

— G.R: Tenía exactamente esta sensación. Si íbamos a Segunda RFEF era un paso atrás muy grande. Sólo llevaba a 19 partidos en la categoría y no quería volver a la cuarta categoría del fútbol español.

— J.M: Ir a Segunda RFEF, y más para mí que soy más veterano, quizás era un descenso que ya no volvía.

— ¿Confiáis llegar a Segunda A?

— G.R: Con mucho trabajo, constancia y esfuerzo creo que se puede llegar. Es complicado porque hay mucha competencia, pero se tiene que confiar porque si no, no arbitraríamos cada semana.

— J.M: Mi objetivo es ayudarle al máximo a él porque si a él le va bien, yo iré detrás. Mi papel es ayudarlo e ir hasta donde llegamos.

— ¿Mira, como ve a su compañero Gonzalo Romero?

— J.M: Ha hecho un progreso muy importante, no cambia su arbitraje, pero lo va madurando. La Segunda B es muy difícil, hay gente muy veterana y cuándo ven a un árbitro joven lo prueban, pero se ha adaptado muy bien.

— ¿Y Gonzalo, como ve a Mir?

— G.R: Jesús es el mejor de la banda. Más preparado que él con nueve temporadas en Segunda B no hay nadie. Yo siempre le digo, cuando en algún partido podía fallar, siempre lo presionaba para que no fallara porque para mí es muy importante tenerlo en el campo. La conexión que tenemos es perfecta, nos conocemos tanto que con una mirada ya sabemos que es lo que pasa o que es el que puede pasar. Yo soy mejor árbitro con Jesús.

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